La moneda más brillante, anhelada y demandada por los cubanos en las últimas dos décadas ahora es víctima de un rechazo total. A menos de una quincena del inicio de la «Tarea Ordenamiento» y la unificación monetaria en Cuba el 1ro de enero de 2021, el sector privado de la economía nacional se muestra tajante y reticente a aceptar el CUC como medio de pago, por lo que ya es común divisar el famoso cartelito: «No aceptamos CUC».
Dicha moneda continuará circulando en el país hasta el 30 de junio de 2021, pero ya se observan grandes multitudes en los bancos y CADECAS para cambiar el efectivo y demás trámites bancarios relacionados, por miedo a exuberantemente largas colas luego, la temidísima devaluación y regulaciones aisladas que el Estado puede decretar de un momento a otro. Si el panorama se halla revuelto ahora, imaginad cómo será durante el primer semestre del siguiente año.
Un vendedor ambulante de panes y galletas de los alrededores de la calle Boyeros, La Habana, asegura que el cubano debe ser precavido en estos tiempos, pues considera que las nuevas medidas se están dando de una manera un tanto improvisada, dada las problemáticas políticas, económicas, sociales y sanitarias que se han ido acumulando en los últimos años.
Una clienta de una heladería privada en el área más céntrica de la Habana Vieja se vio con el obstáculo de no poder pagar en CUC (siendo la única moneda con la que contaba en el momento) cuando le trajeron la cuenta, y cabe resaltar que este establecimiento no portaba el trillado cartelito, así que se podría considerar como una medida tomada sin previo aviso. Asimismo, le pareció una actitud extremista por parte de este negocio (y del sector privado en general), pues todavía cuentan con varios días (y hasta meses) para cambiar el efectivo.
La misma frustración la comparten representantes del sector particular, pues se hallan (como temían) haciendo cola desde la madrugada para cambiar a billetes de baja denominación que les sirvan de cambio para los clientes. Un transportista particular llevaba desde las 5:30 en cola para cambiar 200 CUC en CUP, pero en el banco de los bajos del Ministerio de Transporte habían problemas de conexión.
El botero, indignado, se declaró radical en no aceptar CUC desde ese momento; que además del esclarecedor cartel en el parabrisas del vehículo, comenzará también a poner pegatinas en las ventanillas laterales para alertar a los posibles clientes. Dicho trabajador no piensa ser quien recoja el CUC circulante, pues para esa función existe el Banco Central.
Sin embargo, algunos representantes más elitistas del sector no solo continúan aceptando ambas monedas nacionales, sino que aceptan hasta dólares, euros y libras esterlinas, tanto en efectivo como en tarjeta. Tal es el caso de disímiles paladares en la Habana Vieja, un área inminentemente turística que desea recuperarse luego del parón de visitantes extranjeros por la pandemia de la COVID-19, las que listan sus menús en todas las divisas para animar al cliente a consumir.


