La economía cubana vuelve a ser centro de atención cuando este viernes 18 de diciembre la directora general de la Cadena de Tiendas Caracol, Ariadna Cordero, hizo público que la compañía pasa a vender productos exclusivamente en Moneda Libremente Convertible (MLC) a través de tarjetas magnéticas.
El proceso de dolarización gradual de la economía del país involucra esta vez al grupo CubaSol, administrador de dichas tiendas ubicadas principalmente en polos turísticos. La asignación de la adopción de la nueva forma de pago provino del al Ministerio de Turismo de Cuba (Mintur) como organismo rector, según lo que señala la agencia Prensa Latina.
Al respecto, Cordero comentó que las tiendas se encuentran acondicionadas para la implementación de la Tarea Ordenamiento dado que las personas que asuman la responsabilidad de dirigirlas han sido instruidas y orientadas para el pago en MLC.
No obstante, aquellos locales que no se encuentren en los principales polos turísticos tendrán la salvedad de continuar la comercialización en CUP, pero no está clara aún la propia definición de «principales polos turísticos» para la conversión.
Sí está definido que pasarán a dolarizarse las Caracol de los hoteles Varadero y la sucesión de cayos al norte de las provincias centrales del país, poniendo de ejemplo las más de 20 tiendas de esta cadena que se ubican en el Centro de Convenciones Plaza América en Varadero.
Cordero mencionó que el Mintur está considerando explotar todos los productos más simbólicos de la cultura tradicional idiosincrática con el fin de recaudar MLC, pues se pretende lograr «la comercialización minorista de mercancías con una oferta diferenciada, exclusiva y de calidad», con la inclusión de la imagen de la bandera cubana como símbolo patrio en la confección de los artículos.
Además, subrayó la necesidad de que los 47 locales y 13 Casas del Habano, «especializadas en la triada de rones, tabacos y café», sean transformadas hacia el método de pago en divisa.
Con solo 72 establecimientos a lo largo del país utilizados para el experimento de pago en dólares, que solo pretendía comercializar productos de cierta ostentación, la nueva modalidad de pago enfrenta una vez más la disponibilidad a productos básicos y acceso de los cubanos a estos, los cuales no se encuentran en otro tipo de mercado.
