Cubanos dicen que desde el 1ro de enero los apagones serán «voluntarios» porque los precios de la electricidad son incosteables

La llamada «Tarea Ordenamiento» traerá consigo tarifas de los servicios eléctricos tan altas que ya muchos especulan que serán incosteables, pues, tras años constando como un subsidio para la totalidad de la población cubana, subirá en un 500%. Muchos ya planifican si vale la pena o no encender más equipos eléctricos de los imprescindibles, y algunos hasta bromean (o no) con el hecho de que los apagones serán voluntarios.

Luego de casi una década de vagos anuncios e incertidumbre sobre la reforma económica general que pronto se implementará en Cuba, la subida de los precios de los productos básicos (por la eliminación de subsidios y gratuidades) es una de las medidas más polémicas del proceso.

Si bien en los 90 (sobre todo) la población cubana se acostumbró a pasar más tiempo sin luz que con ella, próximamente los apagones pasarán a ser auto infringidos, por aprensión a la factura de la electricidad. Pese a los bajos sueldos y pensiones, hasta el momento la vida no era tan cara gracias a los auxilios con los servicios básicos por parte del Estado.

Las telecomunicaciones, con uno de los costes más altos hasta ahora, se mantendrán estables, mientras que el agua, el gas y los productos normados por la libreta de abastecimiento subirán cantidades exorbitantes.

Las nuevas tarifas para los hogares se dividen en diez tramos. Se mantendrán ligeramente subsidiados los tres consumos menores, mientras el precio de los siete restantes se quintuplica. Los precios oscilarán entre los 0,40 y los 25 pesos cubanos, desde 0 a más de 5.000 Kwh. El porcentaje de los salarios que irá únicamente destinado a pagar la tarifa eléctrica, a pesar de la subida de ellos, también aumentará.

Las nuevas facturas de la electricidad, que llegarán en febrero, supondrán tal sobresalto que ya muchos han comenzado a hacer cuentas. En las redes sociales los comentarios se disparan gradualmente. Un usuario dice poseer y utilizar con frecuencia dos aires acondicionados, un calentador eléctrico y un refrigerador (por un consumo de unos 700 Kwh), entonces su factura pasará de ser de 38 dólares a unos 178, más del 60 % de su remuneración mensual.

El Gobierno cubano alega que las nuevas tarifas pretenden «desestimular el consumo» e incentivar el ahorro, mientras Alejandro Gil, ministro de Economía, defiende que la fórmula es «justa y equitativa» y que se ejecutaron «fórmulas socialistas».

Las condiciones de vida actuales en Cuba permiten a muchas familias la adquisición de aparatos que, al fin y al cabo, son altamente necesarios, como el aire acondicionado (para soportar los extensos y viles veranos caribeños) y los llamados frizzer (para acaparar toda la comida posible, dado el desabastecimiento en el país). Miles de familias también cuentan con cocinas, calentadores y ollas eléctricas desde la llamada ‘Revolución Energética’ de 2006 (pues los antiguos equipos soviéticos consumían incluso más energía). A todo esto se suman el hecho de que en muchas casas viven una cantidad enorme de personas, superando la capacidad habitable del lugar y la abarrotando los plugs con cargadores de celulares y computadoras.

El Gobierno declara que, como máximo, los precios de los particulares se triplicarán, pues ellos también se verán afectados con el pago de la electricidad de sus hogares y sus locales.