Plaza de Carlos III, el centro comercial por excelencia en La Habana, reabrió sus puertas este lunes con puertas independientes para sus potenciales clientes, como si volviéramos a una época en que resultara normal la segregación por, en este caso, poder adquisitivo: el acceso al inmueble por la entrada principal se reserva para aquellas personas que lleguen con la intención de pagar en Moneda Libremente Convertible (MLC), quienes son redirigidos hacia la tienda de electrodomésticos, mientras que los que quieren comprar en moneda nacional se encontrarán destinados hacia la larga cola que se sitúa a partir de la entrada lateral.
Luego de varios meses de cese de las operaciones en el comercio, las tiendas abrieron este fin de semana y, al menos, diez de ellas están dispuestas para el pago único en MLC. La cola para acceder a los establecimientos se extiende por algunas de las vías perpendiculares a la Avenida Salvador Allende y, por supuesto, al llamado «palacio del consumo».
«Hay pollo, molleja, espaguetis, jabón, desodorante, perfumes, aceite; casi todo lo que andaba buscando, pero esto será por poco tiempo, así que hice bien en hacer esa cola inmensa», aseguraba un vecino de los alrededores que, desde primeras horas de la mañana, estuvo en fila para comprar estos productos en dólares, pues los mismo no se pueden encontrar en muchos de los otros locales que comercializan en pesos cubanos.
La búsqueda, casi épica, de mercancías básicas, dígase aseo y alimentos, provoca que los ciudadanos se trasladen por toda La Habana y hasta más allá de la provincia, mediante los medios que sean capaces de encontrar o agenciarse, pues el desabastecimiento se torna cada vez más crítico. Mercados como la Plaza de Carlos III y el Mercado de Cuatro Caminos se vuelven la única esperanza de muchos habaneros para suministrar sus hogares, y se nota: el fuerte avistamiento policial es convocado para evitar aglomeraciones y conflictos.
«Me acaban de decir que cuando se agote todo lo que están ofertando en CUC ya no van a vender más en esa moneda, todo pasará a divisas. Estos perfumes que están vendiendo, por ejemplo, fueron los que quedaron en las tiendas antes de reabrir al público este fin de semana», comentó un cliente.
Las grandes cantidades de personas que llegan todos los días al lugar mueven, a su vez, una extensa red de vendedores cuentapropistas que, por lo que se deja ver, serán cada vez más la única opción para aquellos sin MLC.
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