El tabaco que tanto dinero deja al Gobierno cubano también sufrirá pérdidas millonarias este año por las intensas lluvias en Pinar del Río

Este 2020 no cesa en su empeño por traer descontentos a los cubanos. Con el tabaco (uno de los productos más emblemáticos y rentables de la Isla) no se prevén buenas estadísticas, luego de que el huracán Eta hiciera de las suyas en los campos de Pinar del Río (en los que se cultiva habitualmente el 70% de la hoja del país), los que ya habían sufrido el doble de las lluvias de un mes de octubre común por culpa de la tormenta Delta.

Los responsables se han visto obligados a descontar 3.500 hectáreas de las 19.700 del plan inicial. Los daños con los que cargan y el retraso requerirán de un esfuerzo casi imposible de cumplir, por lo que sería difícil si siquiera se llegara a tal cifra.

El tabaco reportó al país en 2017 unos 400 millones de dólares en exportaciones, cifra que ha disminuido desde entonces pero que sigue superando los 270 millones de dólares al año. Constituye un producto demasiado beneficioso económicamente como para desaprovecharlo, sobre todo en una nación que no puede darse el lujo de dejar escapar más dólares.

Las autoridades de la Empresa Integral y de Tabaco de Pinar del Río han indicado que de las 4.000 hectáreas previstas inicialmente en la provincia, se han reducido a 3.400 y solo la mitad podrá plantarse antes de que termine el año. Todo esto implica dejar para enero y febrero demasiado producto por sembrar, lo que a su vez retrasa hasta abril la cosecha, un mes complicado por las plagas y el clima adverso.

El lugar que es considerado como el epicentro del mejor tabaco que se cultiva en Cuba y uno de los de más alta calidad del mundo, Hoyo de Monterrey, sufrió las constantes lluvias del huracán Eta cuando las posturas estaban en su etapa de mayor fragilidad.

El tabaco, al igual que el café, la caña de azúcar, la papa y el cacao, son un monopolio comercial del Estado. Los campesinos que lo cultivan están obligados a vender sus cosechas a las entidades oficiales que distribuyen y exportan. Una cosecha dañada puede significar la pérdida de la mayor parte de los ingresos para agricultores que se dedican exclusivamente al tabaco.

Los vegueros están tratando de volver a sembrar posturas y hacer lo imposible, pero con los terrenos encharcados y el resto de condiciones en las que se ven actualmente, no lograrán que lo que cultiven ahora alcance la estatura ni la calidad de la hoja que se necesita. El tiempo es uno de los principales recursos con los que ya no pueden contar. Ahora el itinerario se les ha pegado a las Navidades y contratar gente en estos tiempos se vuelve más caro y difícil.

De más de 7.000 hectáreas que debían haberse plantado a finales de noviembre, se sembraron solo 1.289; 12.000 canteros de semilleros se pudrieron con las lluvias y otros 16.000 sufrieron daños parciales.

Ante la precaria situación, el Gobierno desea mantener el optimismo e incita a apoyar las largas y esforzadísimas jornadas maratonianas (de hasta 16 horas) de los productores con el voluntariado pinareño.