Nuevos contratos para aumentar la exportación de carbón vegetal producido con marabú (la plaga que cubre las tierras agrícolas estatales ociosas) se avecinan y el Gobierno cubano se regocija de su «éxito».
Coratur S.A, compañía estatal, informó que se firmaron contratos para exportar carbón vegetal de marabú también a China. El marabú da divisas a las vacías arcas estatales. Desde hace años, Cuba exporta entre 60.000 y 80.000 toneladas anuales de carbón producido con esta dañina planta a países como Alemania, Gran Bretaña, Grecia, España, Portugal, Arabia Saudí, Siria, Turquía, Israel, e incluso a EEUU.
El marabú no es un cultivo, sino una plaga terrible, la que bloquea el desarrollo de la agricultura. Este arbusto fatídico e invasor, de hasta diez metros de altura, no es comestible (de hecho, su nombre es sinónimo de «hambre») y los campos que infesta dejan de ser cultivables. Es muy agresivo, lleno de espinas, de troncos serpenteantes y un sinfín de ramificaciones de diverso grosor que casi bosquejan un perfecto entramado, impenetrable; esta planta se transforma en una verdadera prisión natural, como las de los castillos embrujados de los cuentos de hadas. Lo peor es que es muy difícil y costoso de erradicar.
Hace unos años, el Gobierno cubano inundó la televisión de anuncios sobre la erradicación de esta planta (lo que resulta irónico cuando se toma en cuenta que hoy es uno de los recursos más beneficiosos para la economía nacional), la misma que convirtió una isla tropical muy fértil en una tierra donde el 30% de áreas aptas para el cultivo están ociosas.
Cuba es el único país del mundo, junto con Corea del Norte, en que el Estado es agricultor. Es propietario del 77% de las 6,2 millones de hectáreas aptas para la agricultura en la Isla. El restante 23% de las tierras cubanas – 1,4 millones de hectáreas – es propiedad privada, de campesinos individuales o agrupados en cooperativas, en las que por supuesto no hay marabú, pues se cultiva hasta la última pulgada de tierra. De las tierras estatales, entre granjas y en usufructo, más de un millón de hectáreas están ociosas, infestadas de marabú. A muchos usufructuarios les ha sido imposible eliminar todo el marabú. Las empresas estatales ya ni lo intentan y se dedican a hacer carbón vegetal y exportarlo.
Y es que erradicar los marabuzales es un trabajo tan duro que es propio de esclavos. Son pocos los trabajadores que voluntariamente aceptan hacerlo para producir carbón vegetal.
La provincia de Ciego de Ávila es la mayor exportadora de carbón vegetal del país. En 2019 vendió a Europa 21.951 toneladas de carbón vegetal, por valor de 6,9 millones de dólares, según informó el Gobierno.
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