Muchos cubanos se preocupan a principios de este diciembre por la cena de fin de año, y es que será un fin de año incierto, dada la conocida escasez generalizada de productos sufrida en el país en este 2020 y la tendencia exponencial de los precios de los alimentos y otros bienes de primera necesidad.
Los cubanos no piensan renunciar a festejar en familia los últimos días del actual calendario; por lo menos disfrutar es lo que queda, aunque no es que haya mucho que celebrar, pues este año no ha traído más calamidades. Ni siquiera la COVID-19 imposibilitará que, como de costumbre, las familias ya comiencen a adquirir las piezas del festín navideño cuando aún faltan varias semanas para dicha fecha.
Pero algo que todo el mundo ya se cuestiona es: ¿qué ofertas existen? ¿cuánto cuesta la carne de cerdo y otros alimentos? Las realidades de las distintas provincias del país se muestran preocupantes.
Un artículo de la Agencia Cubana de Noticias (ACN) señala: «Desde hace algún tiempo las personas han estado argumentando que no encuentran varios de los productos agropecuarios habituales en este tipo de establecimientos y que, de hacerlo, los precios son elevados, muy por encima de los topes establecidos».
Los frijoles (tanto negros como colorados) entran entre aquellos productos de mayor demanda en el país, pues llevan ausentes de los mercados casi todo el 2020 y que han sido comercializados en la última semana solamente en los establecimientos estatales de la provincia de Sancti Spíritus. En las polémicas tiendas MLC a lo largo del país se podrían encontrar frijoles negros en paquetes pequeños y caros, pero los colorados, ni así.
El medio sigue refiriendo: «El resto de proveedores del país son particulares, con precios que comienzan en 25 pesos en moneda nacional, pero que alcanzan cifras de hasta 60 pesos la libra, muy por encima del precio estatal, que sitúa a nueve pesos el frijol negro y 11 el colorado». (…) «Sobre este producto en particular, la causa fundamental de su falta en los mercados cubanos hoy ha sido el bajo rendimiento del cultivo, debido a la plaga comúnmente conocida como trips«.
Las viandas y las verduras, las que también se encuentran en falta, no han sido afectadas por una plaga en concreto, pero sufrieron el impacto de la tormenta tropical Eta, por lo que se redujo aún más la baja productividad de esos cultivos.
La ACN también comenta: «El ají cachucha, uno de los más baratos y comunes durante todo el año, ahora tiene precios que rondan los 10 pesos por una lata pequeña, y que pueden llegar a los 15 pesos, si bien es un producto que hay en todas las provincias del país, y el tomate, una ensalada de estación, tiene precios que van desde un extremo (40 pesos) al otro (8 pesos, en la venta estatal), si bien el valor más recurrente es 30 pesos la libra».
El plátano vianda y la malanga también muestran aumentos de precio considerables; la malanga alcanza el alarmante costo de $30.00 la libra entre los carretilleros y particulares que la venden en la provincia de Granma, mientras que el plátano llega a costar cinco pesos cada uno, también en Granma y Santiago de Cuba.
La carne de cerdo, principal ingrediente de la comida y que recientemente ya se encontraba entre los $35.00 y los $45.00 pesos la libra, ahora exhibe costes muy superiores.
El medio, sobre esto, indica: «En casi todo el país la carne cuesta entre 45 y 60 pesos cubanos, mientras que en Matanzas y La Habana los vendedores, en su mayoría particulares, muestran precios por encima de 65 pesos y que alcanzan los 70. Solo en dos establecimientos estatales de Las Tunas y tres de Sancti Spíritus se encuentra el producto en oferta por estos días, y en ese caso sí se ofrece con un valor adecuado, a precios mucho menores: 17 y 16 pesos la libra, respectivamente».
Todos los factores (la falta de producción, el paso de fenómenos meteorológicos, las afectaciones biológicas, la especulación de los vendedores particulares a partir de los anuncios del inminente proceso de ordenamiento monetario) llevan a muchos a concluir que el festín de fin de año consistirá en el alimento que haya en la casa para la fecha, sin muchas pretensiones ni aspiraciones ilusas (aunque suene redundante); si hay perrito, se come perrito, si no croquetas, picadillo, pollo o huevo; lo que haya (si hay algo), que ya aquí uno no se puede dar el lujo de elegir.
