“De todas formas, gracias a la vida… por todo lo demás. Felicidades”. De esta manera cierra su nota de descontento el artista cubano Erdwin Fernández en su perfil en la red social Facebook, con felicitaciones respectivas al Día de Acción de Gracias, fecha que aprovechó para arremeter contra el ineficiente servicio de la empresa CubaPack.
Hace un par de semanas, el destacado actor reclamó también la tardanza de la llegada de paquetería encargada en otra ocasión: “No recibo mi mercancía con medicinas para mi esposa y cosas que hacen FALTA en nuestro país para sobrellevar lo indescriptible. Cubapack, es un NEGOCIO!!! y somos sus CLIENTES, por lo tanto nos debes el SERVICIO!!! No hay justificación!!!”.
La compañía publicita la entrega directa al domicilio de la mercancía, y los funcionarios que trabajan en cada una de las sucursales ofrecen información al público cuando reciben quejas, sí; pero más vaga, imposible. Fernández exigió, entonces, la ejecución puntual de los servicios de los paquetes, de la misma manera en que él abona regularmente el pago por dicho envío. Al respecto, condenó: “Me dicen que solo tienen un auto para todo el Vedado; no me importa, yo no tengo y cumplo con mi trabajo”.
Concluyendo la publicación con una referencia específica a la festividad que celebraba en el momento, el reconocido artista comparte la afición de su familia a festejar el día con todo lo que lleva. Con pavo, últimamente pollo y, en estos días, ni eso, él y sus familiares escogen rendir homenaje a los peregrinos norteamericanos con su tradicional cena y dando gracias.
Aprovechando el medio y la motivación, Fernández enfocó, además, la atención hacia el monopolio de ETECSA: “Ya reporté en la Oficina de 17 el cambio de par (revisado por los técnicos) por tener ruido mi teléfono y [estar] próximo a romperse, y no ha aparecido nadie”.
Por su parte, y la de muchos otros cubanos expectantes del arribo de productos extremadamente necesarios para sobrellevar la situación que deviene desde hace años y que se magnificó con la pandemia, queda comparar con otros sufridores, reportar más quejas que sugerencias y esperar el milagro.
