La familia de Daniel Martínez Pupo, el joven de 24 años asesinado y descuartizado en Holguín a principios de año, recurrió al Tribunal Supremo Popular de Cuba ante el fallo de Tribunal Provincial, que rebajó la condena a tres de las ocho personas involucradas en la premeditación y ejecución del horrendo crimen,
El Tribunal Provincial de Holguín hizo pública una sentencia el pasado lunes en la que se rebajaba la cadena perpetua a 30 años a Víctor, alias Vitico, de 28 años, que estuvo presente durante el asesinato y posterior descuartizamiento del joven.
A su vez, quedó rebajada de 25 a 18 años la pena solicitada por la fiscal a Katiuska Méndez, una de las mujeres involucradas. Ella puso música para que no se escucharan los gritos de la víctima troceada y lavada a conciencia para evitar que siguiera sangrando.
El juez redujo también la condena de 20 a 15 años de cárcel al único menor de edad que participó en el asesinato.
En su apelación, la familia hace alusión a que en las peticiones de condenas realizadas por la Fiscalía ya se habían contemplado los atenuantes de edad y género, por lo que no alcanzan a comprender el motivo por lo que estos mismos aspectos hayan influido nuevamente a la hora de suavizar las condenas.
«La fiscal hizo una buena defensa. Es su trabajo, pero uno sabe que ella entendió que la crueldad de un hecho así debe ser castigada con severidad», añaden fuentes cercanas.
Daniel Martínez Pupo fue asesinado el 3 de enero. Ese día, lo contrataron para una última carrera del día que consistía en llevar a uno de sus mejores amigos (Juan Luis Palacio) a una vivienda ubicada en Alcides Pino.
Al llegar a su destino se encontró con el palero, quien le pidió que entrase en la casa para que ayudara a mover unos muebles, pero al hacerlo lo asesinaron para quitarle la moto y unos 900 dólares que llevaba consigo.
Según las declaraciones, Martínez Pupo pidió clemencia a sus asesinaos porque estaba esperando un hijo, que nació el pasado mes de julio y que nunca pudo conocer.


