Los casos importados del extranjero de personas que llegan a la Cuba infectadas de coronavirus se han convertido en el nuevo dolor de cabeza de las autoridades en la Isla.
Muchos cubanos quedaron atrapados en otros países por el cierre de fronteras en la mayor de las Antillas el 24 de marzo, que cesó el pasado 17 de octubre para todos los aeropuertos del país, excepto La Habana, cerrado hasta el próximo 15 de noviembre.
Además, están los turistas, muchos de los cuales no se les exigen pruebas de COVID-19 antes de abordar un vuelo y terminan siendo asintomáticos que terminan infectando a todos los que lo rodean.
En los ultimos días, solo en dos vuelos procedentes de Rusia se han detectado más de una docena de pasajeros con COVID-19 que viajaron con destino a Cayo Coco. No obstante, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) ha identificado a los enfermos como residentes en la municipalidad de Morón, y no como turistas.
El MINSAP reportó este viernes 54 nuevos casos de coronavirus, 44 cubanos y 10 extranjeros. Del total de contagios, 33 fueron contactos de casos confirmados, 16 tuvieron fuente de infección en el extranjero y cinco sin fuente de infección precisada, señala el reporte oficial.
Aunque inicialmente las autoridades decidieron restringir el movimiento de los turistas solo a los cayos, tras la entrada en operaciones de otros polos turísticos, como Varadero, estos se relacionan con cubanos que visitan los mismos hoteles.
La Habana, que se apresta a reabrir el principal aeropuerto del país este domingo, presentó 5 nuevos casos, uno de ellos importado. Las autoridades han dicho que impondrán una tarifa sanitaria a los viajeros procedentes del exterior, quienes serán sometidos a una prueba rápida PCR para detectar el virus.
La mayor parte de los casos importados corresponde a cubanos repatriados, también con fuente de infección en el extranjero, sin que el MINSAP precisara en qué países ocurrió el contagio.
