La mayoría de los cubanos no conocen a Joe Biden ni las políticas que aplicará hacia la isla, pero tienen una cosa muy clara: cualquier presidente de Estados Unidos será mejor que Donald Trump.
En las elecciones presidenciales, Trump debe su gran victoria en el estado estadounidense de Florida en gran parte a su estridente denuncia de los gobiernos de izquierda en América Latina, que resonó fuerte y claramente entre los cubanoamericanos conservadores en Miami que detestan al gobierno de La Habana.
Pero para las personas que viven en Cuba, las acusaciones de Trump sobre las inclinaciones izquierdistas de Biden los hacen sonreír con incredulidad.
«No soy del tipo que confía en un presidente estadounidense, pero dada la situación, prefiero al otro antes que a Trump», dijo a Cubacute Pablo Zalvidar, un cuentapropista cubano de 57 años.
Luego de un acercamiento histórico a fines de 2014 y la política de apertura liderada por Barack Obama, la llegada de Trump a la Casa Blanca fue como una ducha fría para Cuba.
Su reelección habría sido “un desastre o una amenaza apocalíptica” para Cuba, dijo el experto político Jorge Gómez Barata.
En cuatro años, la administración de Trump promulgó 130 medidas para reforzar el embargo estadounidense a Cuba, muchas de las cuales afectaron a la población y al incipiente sector privado: restringir el envío de dinero a familiares en Cuba, suspender los cruceros estadounidenses y la mayoría de los vuelos directos desde Estados Unidos, cerrar el consulado de Estados Unidos en La Habana…
Pero los cubanos no lo han olvidado: desde la Revolución de 1959 encabezada por Fidel Castro, la isla ha pasado por 12 presidentes de Estados Unidos, y los demócratas históricamente han promulgado las políticas más duras.
Sin embargo, Biden tiene un punto a su favor: aunque sigue siendo un desconocido en la isla, como vicepresidente de Obama, alentó la colaboración entre los dos países en varios sectores y contribuyó a la reunificación familiar entre Cuba y la diáspora cubana.
El domingo, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel adoptó un tono discreto cuando felicitó a Biden por su victoria, elogió “la nueva dirección” tomada por el pueblo estadounidense y dijo que cree en “la posibilidad de tener una relación bilateral constructiva respetando nuestras diferencias».
Ahora, solo queda esperar al próximo 20 de enero, cuando Biden debe tomar asiento en la sala oval de la Casa Blanca, entonces, veremos que pasa…


