Hoy se encuentra cumpliendo años Patricia Ramírez González, o Leida, como se le conoce en la Isla por su papel en la telenovela Cuando el amor no alcanza, escrita por Maité Vera y dirigida por Jorge Alonso Padilla.
Patricia fue víctima de un accidente automovilístico el 17 de abril de 2014 mientras se encontraba filmando la citada telenovela. Como consecuencia del impacto, la actriz sufrió múltiples traumas cerebrales que le imposibilitaron seguir con el curso normal de su vida.
Aquella fatídica noche, Patricia estaba paseando con unos amigos y, cuando se encontraban en la avenida 31, doblando por la calle 18, un auto se estrelló contra la puerta junto a la que viajaba, causándole graves daños.
En un primer momento comenzaron a tratarla en la Clínica Internacional “Cira García”, pero luego la trasladaron al hospital Calixto García para que recibiera un servicio especializado en el área de politraumatizados.
El cuadro era crítico, la joven actriz presentaba un cuadro craneal severo con toma del estado de conciencia, fracturas en el lado izquierdo de la pelvis y en el hombro derecho y presentaba hemorragia interna por la ruptura del bazo.
La situación en la que se encontraba trajo consigo que fuera llevada a una Unidad de Cuidados Intensivos, donde la mantuvieron con respiración artificial y un sinnúmero de asistencias por su falta de conciencia. A las dos semanas se le practicó una traqueotomía para mejorar la ventilación, pero no fue hasta el día 28 que pudo despertar del coma.
Sus días en terapia intensiva fueron una verdadera pesadilla y los partes médicos eran cada vez más desgarradores. Sufrió infecciones, problemas respiratorios, neumotórax y problemas de presión arterial.
A los 59 días la trasladan a la Unidad de Cuidados Intermedios (UCIM), donde permaneció por cuatro meses. En este tiempo, presentó episodios de Hidrocefalia, por lo que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente en varias ocasiones.
El severo trauma craneal sufrido dejó a Patricia en un estado que se clasifica como trastorno de “Mínima conciencia”, ya que no es capaz de reconocerse a sí misma ni al entorno. No obstante, si puede respirar por si misma y digerir los alimentos adecuadamente, aunque la ingestión debe ser asistida.
Sus médicos aún se muestran optimistas, ya que, si bien es cierto que su evolución no ha sido del todo favorable, tampoco ha sido negativa. No obstante, su pronóstico es reservado, ya que no es posible predecir cómo reaccionará con el tiempo a todos los tratamientos que ha ido recibiendo.
