Una nota publicada en el periódico Escambray señala como culpable a la pandemia de coronavirus del bajo peso de los camarones cultivados en la Isla.
La información no es que mencione que la COVID-19 haya saltado a los crustáceos, sino que ha provocado que no se pueda importar el alimento especializado que requieren para que alcancen el peso adecuado.
Esta situación ha traído consigo que en algunas provincias como Sancti Spíritus no vayan a poder alcanzar las 950 toneladas comprometidas, cuya finalidad en su mayoría es la exportación.
Hasta la fecha, la camaronera de Tunas de Zaza solamente ha logrado alcanzar las 458 toneladas, aunque sus directivos aseguran que en lo que queda de año podrán producir otras 250 toneladas para cumplir un nuevo plan de 700 toneladas.
Según la información brindada por el rotativo, lo que está sucediendo en esta provincia no es un caso aislado, ya que la pandemia de coronavirus ha traído consecuencias negativas en el cultivo de camarones en todo el país.
La situación es similar a la ocurrida en la Isla hace dos años, cuando la captura de camarones y langostas, que para ese entonces representaba ingresos de más de 60 millones de dólares anuales, disminuyó notablemente.
El caso de los camarones bajos de peso va en sintonía con las exportaciones entre los años 2014 y 2019, cuando la Isla reportó una disminución del 44% de entre las 54 especies que se pescaban.
La infraestructura actual en la provincia dificulta el poder cumplir los planes de producción, por lo que los directivos de la camaronena Cultizaza se encuentran inmersos en el proyecto de construcción de seis nuevos tanques de cultivo con capacidad para 100 metros cúbicos cada uno.
Los pronósticos señalan que la inversión quedará ejecutada al 50% antes que finalice el año y, de cumplirse las estimaciones, el proyecto repercutirá positivamente en el peso de los camarones.


