La añeja Terminal de Ómnibus Nacionales de La Habana reabrió esta semana sus puertas luego de meses cerradas por la pandemia del coronavirus y de una inversión millonaria por parte del Gobierno que le cambió completamente la imagen oscura y abandonada que tenía.
Según puede verse en un pequeño reportaje transmitido hace una horas por la Televisión estatal, las renovaciones en la instalación incluyeron un nuevo diseño interior, que dan un aire de modernidad y mayor claridad a sus áreas.
Entre los cambios más importante se encuentra la habilitación de nuevas áreas para la entrega de equipaje a los viajeros que arriban de provincias, lo cual generaba fuertes criticas por las largas filas que se formaban para la recogida.
Desde ahora, los viajeros recogerán el equipaje en el propio andén, cuando la persona arribe a la termina, y no en un local como se hacia hasta el momento, lo que acorta el tiempo de estancia en la instalación.
También se eliminaron las zonas con aire acondicionado en las salas de espera que se utilizan antes del abordaje en los ómnibus. Según argumentaron las autoridades, es una decisión que responde a la «situación energética del país», además que habitualmente presentaban «averías» o tenían que apagarse en los horarios picos.
Desde ahora, todos los salones serán abiertos, lo que también permitió aumenta la capacidad de personas sentadas dentro de ellos de 180 a 200. Además, se creó una zona con bancos de en los cuales se añadió tomacorrientes para que los viajeros puedan cargar sus móviles.
En las próximas semanas quedará lista la instalación de la Wifi dentro de toda la terminal y el sistema de señalización que servirá como guía para los pasajeros.
Se crearon áreas específicas, como es la de comida, donde se concentró toda la gastronomía y se realizaron remodelaciones en el local de Arte, el cual ahora cuenta con una zonas más espaciosa, la cual dista mucho de los antiguos kioskos donde antes se encontraban.
Entre las novedades surgidas por la propia pandemia se encuentra una sala de aislamiento dentro de la propia terminal, donde poder mantener a cualquier pasajero que presente síntomas de infección u otros problemas, con todas las condiciones requeridas, hasta tanto llegue el SIUM para su traslado.
Por el momento se autoriza la entrada al centro a las personas que van al banco, aunque tienen previsto que la entrada a esa instalación sea mediante el puente aéreo que se encuentra en un lateral del edificio.
La terminal mantendrá el acceso al público al pasillo donde se encuentran, entre otras instalaciones, la librería (en la cual aún se trabaja), la farmacia, y una cafetería.
