El gobierno cubano dio a conocer que, como parte del ordenamiento monetario y cambiario que se viene anunciado para el país en los próximos meses, se centralizará el precio de más de 42 productos, los cuales van desde el combustible, pasando por materiales de la construcción y los alimentos.
De acuerdo a las palabras de Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión Permanente de Implementación de los Lineamientos y encargado de llevar adelante lo que han llamado eufemísticamente «Tarea Ordenamiento», el proceso no está exento de riesgos y existe la posibilidad que se producto una inflación mucho mayor de lo que se prevé.
«En aras de evitar inflaciones mayores que las diseñadas, se ha propuesto que un grupo reducido de productos que son transversales a la economía, tengan precios centralizados”, anunció Murillo Jorge, en su intervención durante la reciente sesión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Conforman el listado 42 productos, entre los que el funcionario mencionó el combustible, los servicios de energía eléctrica, agua y alcantarillado; el cemento, los cigarros y la pasta dental.
De igual manera, se delimitará el precio de alimentos como el azúcar, el café mezclado, el picadillo texturizado, de res y de pescado; lácteos como la leche, el queso fundido y yogur de soya y natural; las compotas, la mortadela, las pastas alimenticias, el pan de corteza dura y las salchichas de pollo, entre otros.
Como una de las vías concebidas para evitar una inflación que se salga de control, el Gobierno propone centralizar los precios de determinados artículos, ya que el prolongado y profundo desabastecimiento de alimentos y artículos de primera necesidad ha traído consigo que el costo de los mismos se dispare.
Las empresas estatales estarán facultadas para formas los precios de sus propios productos, aunque se les impondrán determinados límites. De igual forma, a la gestión no estatal, como los cuentapropistas, se les propondrá un mecanismo de «contención de precios» pues el Gobierno ha admitido que estos recibirán un crecimiento en el costo de las materias primas.
Otra manera, anunciada con anterioridad por Marino Murillo, será topar los precios mayoristas, limitando la cantidad de veces que una empresa puede aumentar sus ganancias con ese producto al que se delimitó su precio.
Los defensores de esta medida aseguran que la moneda única traerá beneficios para el sector exportador, que recibirá mayores ingresos en pesos cubanos por los productos vendidos. Además, permitirá corregir precios, por lo que abaratará la producción nacional; creará incentivos para elevar la eficiencia en el sector empresarial y favorecerá la sustitución de importaciones.
Sin embargo, algunos economistas independientes aseguran que la unificación monetaria solamente intenta desviar la atención del colapso económico que viene a la nación caribeña, causando un importante daño a la economía del país, y entre sus posibles consecuencias negativas han enumerado la desaparición de un gran número de empresas estatales, el incremento del desempleo y el empobrecimiento de los cubanos de a pie.
