Aunque esta vez el «espíritu revolucionario» del presidente Miguel Díaz-Canel no tuvo la misma respuesta que cuando visitó a comienzos de semana la piedra que guarda las cenizas de Fidel Castro en el Cementerio de Santa Ifigenia, su peregrinaje por las provincias del país junto a su cuerpo de Ministros lo llevó el día de ayer a visitar el pequeño niño donde reposan los restos de Ernesto ‘Che’ Guevara en Villa Clara.
Parece que las Siete Potencias Africanas no dieron señales esta vez y todo transcurrió en total silencio y solemnidad, como reportó la propia prensa estatal, pues ni los perros callejeros tuvieron oportunidad para ladrar ya que fueron recogidos en masa ante la llegada inminente del mandatario a este territorio.
La Plaza de la Revolución de la ciudad de Santa Clara, donde descansan los restos del guerrillero argentino junto a los de otros combatientes cubanos, también muertos en Bolivia en el año 1967, recibió a Díaz-Canel en la mañana de ayer, antes de iniciar su recorrido por la provincia.
Frente al nicho colocó flores blancas y puso su mano sobre el mármol que lo recubre, posicionándose en posición de firme y en silencio, acompañado por la primera secretaria del Partido Comunista de Villa Clara, Yudi Rodríguez Hernández, y el Gobernador Alberto López Díaz.
Luego recorrieron el lugar, donde más de una treintena de nichos reguardan los cuerpos que fueron recuperados de tierras bolivianas y de los combatientes que fallecieron en la Isla, todos iluminados por una llama que fue encendida personalmente por Fidel Castro tras el arribo de los restos del Che al país.
El recorrido matutino incluyó una visita al llamado museo del Che, donde se hace un recorrido por su vida a través de fotos, objetos personales, documentos, libros propios, ropas y armas.
.Minutos después, Díaz-Canel bajó al Mausoleo del Frente de Las Villas, un jardín interior, donde visitó y llevó flores al nicho del Comandante Víctor Bordón Machado, un campesino que se convirtió en el primer guerrillero de esta zona alzado en el llano contra la tiranía de Batista, que luego se subordinó al mando del Che en Las Villas.


