Un grupo de ladrones intentaron robarse el día de ayer la banca de bronce con las estatuas de Ernesto ‘Che’ Guevara y de Fidel Castro que fue ubicada en la Colonia Tabacalera de la Ciudad de México el pasado fin de semana.
El sitio es emblemático porque se encuentra en un parque céntrico de la capital de la República a unas cuadras de donde se conocieron el Che y Fidel antes del triunfo de la Revolución.
Las autoridades decidieron proteger la banca con una estructura de metal y, de acuerdo con los policías capitalinos, no hay fecha para que le sea retirada la protección y la gente pueda volver a tomarse fotografías en ese sitio muy cercano al Monumento a la Revolución de México.

La pieza llamada oficialmente “Monumento Encuentro”, que representa dos estatuas de tamaño real del “Che” Guevara y Fidel Castro, fue instalada nuevamente la mañana del pasado 17 de octubre, reportó el medio Mostblack México Noticias.
El monumento inicialmente fue develado el 2 de diciembre de 2017 en el Jardín Tabacalera, de la Ciudad de México, a una cuadras del sitio donde se conocieron ambos. Sin embargo, fue retirado pocos meses después y mantenida en una bodega. Esto debido a que “se requería un dictamen favorable del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México (COMAEP), mismo que fue negado”, señala un oficio emitido por la Dirección General de Servicios Urbanos, de acuerdo con Crónica.
La reinstalación del monumento fue criticada por Gilberto Lozano, miembro del Frente Nacional Anti-AMLO, quien señaló que ambos personajes “acabaron con sus países y sus pueblos”.
“Mira yo no lo podía creer, no lo podía creer. Yo pensaba que eran fotos, eran fotomontajes, que eran una burla. Cuando se empieza a traducir por todo el país y fuera del país el reconocimiento que le hace López Obrador a Fidel Castro y el Che Guevara: uno, un dictador represor, el otro, un asesino serial reconocido mundialmente por sus crímenes de lesa humanidad”, dijo Lozano en un video del 18 de octubre.
“Mientras están tumbando las estatuas de Lenin, de Stalin y de toda esa bola de dictadores (…) aquí [en México] estamos en el siglo XVIII: le ponemos estatuas a los dictadores como si fuera un gran reconocimiento”, añadió Lozano.


