El dólar estadounidense está regresando como la moneda favorita en la Cuba dirigida por Miguel Díaz-Canel, mientras el país se prepara para devaluar el peso y tratar de aliviar la presión sobre una economía maltrecha.
Cuba tiene un sistema único mediante el cual dos monedas oficiales han existido una al lado de la otra durante casi tres décadas, el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC).
Las largas filas fuera de las tiendas de alimentos son una vista común en La Habana en medio de la escasez crónica de productos básicos, y los comerciantes ya están rechazando el CUC, lo que genera una avalancha de dólares para quienes pueden obtenerlos.
“CUC no aceptado” dice el letrero a la entrada de un restaurante de La Habana.
La economía de la isla, acorralada por las cada vez más estrictas sanciones de Estados Unidos, ha sido golpeada por la pandemia de coronavirus, que ha dejado a Cuba sin los ingresos extranjeros que tanto necesita el turismo de playa en el Caribe.
La Comisión Económica de la ONU para América Latina pronostica que el PIB en la mayor de las Antillas se desplomará un 8,0 por ciento este año.
En julio, La Habana abrió decenas de «tiendas de dólares» estatales en un esfuerzo por obtener divisas. Las tiendas, relativamente bien surtidas, son un imán para los cubanos acomodados y aquellos con remesas en dólares enviadas por cubanos que viven en Estados Unidos.
Tarjetas de débito en dólares
Los clientes primero tienen que abrir una cuenta bancaria respalda en dólares, o cualquier otra moneda fuerte, y luego usar una tarjeta de débito que entrega el Gobierno para pagar los productos en las tiendas.
Los economistas advierten sobre la creación de una economía de dos niveles: para los ricos que pueden permitirse comprar en dólares y los que no tienen en la economía nacional normal. “De los 11 millones de habitantes, si un millón puede comprar en dólares, ¿qué pasa con los otros 10? Si no tengo familia en el extranjero, para enviar dólares a casa, no tengo esa oportunidad «, dijo Aleskis Rodríguez, de 31 años, mientras hacía fila para comprar café en un mercado de La Habana que todavía aceptaba CUC.
El ministro de Economía, Alejandro Gil, negó que la medida presagiara un «apartheid económico» en Cuba. En cambio, dijo, satisfará las demandas de las personas con mayor poder adquisitivo y se sumará a las arcas del Estado.
Economistas como Pavel Vidal, especialista en Cuba de la Universidad Javeriana de Colombia, han sostenido durante mucho tiempo que el sistema de doble moneda es difícil de manejar, particularmente para los exportadores.
Vidal dice que la aceptación del dólar por parte de Cuba es una admisión del fracaso de las autoridades, consecuencia de reformas que están «incompletas y muy por debajo de las expectativas».
