Todos los pronósticos convergen en que antes que finalice el año, Cuba solo tendrá una moneda oficial, pues el CUC habrá desaparecido de una vez y por todas ante el efecto devastador de la pandemia del coronavirus en el turismo, lo cual ha obligado al Gobierno a avanzar con reformas monetarias.
En Cuba se utilizan actualmente dos monedas: el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC), pero ninguna tiene valor negociable en el extranjero y los bienes importados se están comercializando en su mayoría en las tiendas en MLC, una nueva variable que ha entrado en la incompresible ecuación de la economía cubana.

Ante el temor real de quedarse con una moneda sin valor en sus manos, y a pesar de las continuas aclaraciones del Gobierno que no se perderá el dinero en las cuentas bancarias en CUC y en las manos de la población, una buena parte de esta se encuentra intentando por todos los medios deshacerse de todo el CUC que tienen en sus manos y muchos ya no lo están aceptando como método de pago.

Tanto en los negocios particulares, como en sitios de venta como Revolico, se puede apreciar que no son pocos quienes dejan claro que el pago es moneda nacional (CUP).

“Ya nadie quiere el CUC, es como si fuera una moneda que apesta a muerto. Es una especie de papa caliente que todo el mundo quiere soltar. Los negocios particulares no quieren recibirla como forma de pago. En un primer momento fueron las cafeterías, pero ya casi todos están en los mismo”, asegura Regla Giménez, ama de casa residente en Mayabeque.
El “ordenamiento monetario” ha traído inseguridad entre los cubanos, quienes ya no confían en el sistema ni en sus gobernantes. Por ello, y haciendo a un lado las palabras de la cúpula cubana, los isleños se encuentran por todos los medios tratando de soltar la papa caliente para “no quedarse en eso, con ganas de aquello, y sin esperanza de nada”.


