La decisión de reabrir las playas, piscinas y reanudar el transporte público en La Habana a un 80% de su capacidad ha generado una ola de criticas contra el Gobierno en las ultimas horas, pues miles se preguntan qué pasó con el famoso plan de desescalada que se aplica en todo el país y si la capital posee entonces un tratamiento «especial y diferenciado» al resto.
Muchos creen que se trató de una serie de medidas apresuradas y tomadas sin tener conciencia real de sus posibles consecuencias.
«Hay que estar loco para abrir playas, piscinas y reanudar el servicio del transporte publico casi al 100% de su capacidad. Si hace solo un poco más de un mes tuvimos un dura cuarentena porque el Gobierno decidió tomar esta misma decisión, así que qué podría cambiar entonces ahora que el numero de contagios diarios en La Habana es superior que entonces», comentó a nuestra redacción Iris Pérez, una habanera que escribió preocupada a nuestra redacción luego de escuchar anoche al Gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata, dando luz verde a la vuelta a la nueva normalidad en la capital.
Las autoridades dejaron a miles con la boca abierta en Cuba cuando en la Mesa Redonda escucharon que, a pesar de que la capital del país había estado presentado un promedio de 21 casos positivos al coronavirus diarios durante la ultima semana, se había tomado la decisión de levantar el toque de queda nocturno impuesto el pasado 1ro de septiembre y el retorno a la movilidad de personas y vehículos.
Resulta que ahora para sobrevivir, los habaneros necesitan de playas, piscinas, restaurantes estatales y privados. Y yo me pregunto ¿acaso dejando cerrados los bares y las discotecas, y prohibiendo las fiestas publicas y privadas, pretenden mantener bajo control el nivel de contagios?
“Igualmente se potenciará el regreso a los centros de trabajo de más de 53 mil empleados públicos y se crearán las condiciones para reiniciar en noviembre el suspendido curso escolar”, precisó García Zapata.
Claramente, el Gobierno quiere hacer el peso de la responsabilidad de posibles rebrotes al autocuidado que debe tener la población, algo que sonaría correcta si no se tiene en cuenta el alto grado de indisciplina que normalmente existe en la capital del país.
Actualmente, La Habana es uno de los tres focos rojos de la pandemia en la Isla, con seis eventos de transmisión local abiertos en los municipios de Diez de Octubre (2), Regla (1), Cerro (1), Centro Habana (1) y Habana Vieja (1), que han acumulado 186 casos positivos hasta el momento.
Por ejemplo, Sancti Spírutus, una provincia que está viviendo en estos momentos un rebrote de la enfermedad, pero con menos casos que La Habana, tiene limitado todo el transporte de pasajeros, los restaurantes y cafeterías solo ofrecen servicio a domicilio y el existe restricción de movilidad en el horario nocturno.
Por territorios, la tasa de incidencia en los últimos 15 días ubica a Ciego de Ávila en la cabeza de la lista con 55.83 por cada cien mil habitantes, ligeramente superior al día de ayer. Le siguen en ese orden La Habana, Matanzas, Sancti Spíritus, Mayabeque, Artemisa, Camagüey y Holguín.
