Entre tantas malas noticias, los cubanos que descienden de exiliados por el franquismo en España recibieron hoy una buena nueva pues gracias a la Ley de Memoria Democrática que está impulsando el nuevo Gobierno de ese país podrán acogerse a la nacionalidad española, lo que abre una nueva puerta a miles en la Isla.
En esta ocasión tendrán la opción de solicitar la nacionalidad muchos que no tuvieron la oportunidad con la conocida como ‘Ley de Nietos’, pues este nuevo anteproyecto aprobado por el Gobierno español da la posibilidad de obtener la ciudadanía a todos los hijos y nietos de aquellos que tuvieron que renunciar a su nacionalidad española en el exilio, motivados por causas «políticas, religiosas o ideológicas».
Además, esta nueva norma elimina el requisito obligatorio que existía anteriormente para su aplicación para los solicitantes de tener que residir como mínimo durante un año en España para acogerse a ella.
Según las autoridades, el objetivo de la Ley de Memoria Democrática es que sirva como «reparación de las victimas de la Guerra Civil y el franquismo, aunque ahora le espera un duro proceso de trámites y votaciones en las cortes del Parlamento y el Senado ante su aprobación final, por lo que podría sufrir algunos cambios antes de su entrada en vigor.
Incluso, los partidos que han presentado alguna oposición realmente lo que piden es que el texto debe ser más amplio e incluir entre los beneficiarios a los descendientes de exiliados por razones étnicas, económicas, de orientación sexual y de identidad de género.
Al anuncio de la aprobación de este anteproyecto de Ley por parte del Gobierno español llega en un momento en el que miles de cubanos desempolvan sus planes de emigrar dada la profunda crisis económica que atraviesa la Isla.
Tener un pasaporte español puede ser muy beneficioso. Además de dar acceso inmediato a todos los derechos de ser ciudadano europeo, los cubañoles pueden viajar sin necesidad de visado a Estados Unidos, México, Panamá y otros países de la región por lo que muchos de ellos se dedican al trabajo de mulas para importar productos que luego venden en las redes del mercado negro. Los más ancianos, reciben también una ayuda económica de parte de la Embajada.
