La mayoría de los padres en Cuba continúan renuentes a que sus hijos regresen mañana 1ro de septiembre el curso escolar en medio del rebrote de coronavirus que se vive en varias provincias del país, pero el Gobierno volvió hoy a pedir «confianza en la decisiones tomadas», asegurando que las escuelas «cumplen con las condiciones para evitar posibles contagios».
Esa fue la respuesta casi genérica que dieron hoy funcionarios del Ministerio de Educación en un foro debate online organizado por el diario oficialista Granma, donde cientos de padres escribieron para mostrar su desacuerdo con la decisión de las autoridades de reiniciar las clases sin tener control total sobre la propagación de la COVID-19.
«Tengo tres hijos en primaria y todos en la casa hemos estado cumpliendo las medidas y hemos sido consecuentes con las decisiones que han tomado las autoridades, pero la salud de mis hijos son en primer lugar mi responsabilidad y no los voy a poner en riesgo, como considero que estarán. Todas las medidas anunciadas no son suficientes contra el coronavirus, incluso, algunas atentan contra la salud de los niños, como poner a uno por fuera de la mesa. ¿Qué se va a evitar con eso? Nada, pero si va provocar que muchos padres terminemos luego en las consultas de ortopedia porque las mesas no fueron preparadas para utilizarse así», comentó Duniel, uno de los padres que participó en este intercambio virtual y que reside en la provincia de Mayabeque.

Una de las funcionarias del MINED que estaba dando respuestas a las dudas simplemente contestó: «El MINED está comprometido con cada una de las actividades que se desarrollen y las que desarrollaremos y que estas permitan reforzar el papel preventivo educativo de la escuela. Una vez más pedimos a la familia cubana, que tengan confianza en las decisiones tomadas, las que van encaminadas a terminar el curso, teniendo como centro a nuestros estudiantes».
La respuesta fue copiada y pegada decenas de veces ante cualquier inquietud medianamente parecida que fuese planteada por los padres.
Sin embargo, la opinión casi unánime es que el Gobierno debía escuchar a la población y «no precipitarse a hacer cosas que después se tengan que lamentar».
Las autoridades, por su parte, insisten en que tomarán «las medidas orientadas para evitar contagios.
«Estoy totalmente de acuerdo con lo que expresan la mayoría de los padres: Que no se debe arriesgar a nuestros hijos y los que dirigen, son los responsables del efecto que esto traiga, igual que lo son de que hoy tengamos el virus en nuestro país por no cerrar las fronteras a tiempo y seguir permitiendo turistas», comentó otra persona.
Las principales preocupaciones de las familias son en las posibles consecuencias que desde el minuto cero traerá el reinicio del curso, como personas en las calles para llevar y recoger a sus hijos, o las grandes aglomeraciones que se forman en los horarios de entrada y salida de los centros escolares.
Entre las nuevas medidas que han ido saliendo a cuenta gotas se encuentra la del uso obligatorio del nasobuco y la de que los escolares entren y salgan de la escuela acompañados por un familiar, quien deberá velar por el comportamiento del menor en la calle.
«No es un problema de falta de confianza. El problema es de una real percepción del riesgo. El riesgo es demasiado alto. Ya hemos visto cómo ha funcionado la indisciplina social. Eso incluye a familias indisciplinadas. Eso incidirá en los contagios en las escuelas aun con las medidas anunciadas. Por favor, sean realistas; hasta ahora los indisciplinado no han cumplido las medidas orientadas por las autoridades. Eso mismo sucederá con las medidas que deberán adoptar esas personas con sus hijos. Los que pagarán las consecuencias serán los niños que hasta ahora han permanecido en casa resguardados», opinó más adelante otro padre.
La realidad es que la mayoría de la población, sobre todo las familias con hijos en edad escolar, piensan que es un riesgo demasiado alto el que se está corriendo y muchos se han aventurado a decir que prefieren que los niños pierdan el curso escolar que exponerlos a quedar contagiados, tanto ellos como los que los rodean.


