A pesar de que Cuba está sumida en estos momento en plantarle cara a la pandemia del coronavirus, las autoridades creen que este es el «momento oportuno» para realizar la anunciada unificación monetaria, adelantando que la única moneda que quedará circulando en la Isla será el CUP y que tendrá una «tasa de cambio que pueda ser comparable con las divisas internacionales».
Así lo confirmó hoy un extenso articulo publicado en el diario oficialista Granma, y reproducido fielmente por el resto de los periódicos nacionales.
«La única moneda que quedará circulando en Cuba será el CUP, y el objetivo es tratar de acercarlo a una tasa de cambio que pueda ser reconocida en su comparación con las divisas internacionales, para que exista claridad en las transacciones» explicó al citado medio el asesor del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), Lázaro Toirac, uno de los especialista involucrados en poner sobre la marcha el esperado fin de la dualidad monetaria.
Casi tres meses antes que en la Isla se confirmaran los primeros casos de coronavirus, el presidente Miguel Díaz-Canel anunciaba en la Asamblea Nacional que la unificación monetaria y cambiaria se encontraba en «fase avanzada de estudio y aprobación».
En ese momento, y ante la preocupación de los cubanos, el Gobierno aclaró que garantizaría «los depósitos bancarios en divisas extranjeras, pesos convertibles (CUC), pesos cubanos (CUP) y el efectivo en manos de la población».
Sin embargo, según explicó Toirac a la prensa, el proceso se ha dilatado por su «complejidad» y supone todo un «reto» para los especialistas pues la economía cubana se sustenta desde hace varias décadas en «instrumentos obsoletos», no por la existencia de dos monedas, sino porque existen dos tipos de cambios diferentes, uno para la población (25 CUP = 1 CUC = 1 USD), y otro para las personas jurídicas (1 CUC = 1 CUP = 1 USD).

Hacer equivaler el peso cubano con el dólar ha creado un verdadero hueco en la economía del país pues no se sabe realmente en la rentabilidad de las empresas si estas están teniendo buenos resultados o cayendo en pérdidas. Un ejemplo son las empresas exportadoras, a las que el Gobierno les entrega por cada dólar que ingresan un peso en moneda nacional, haciendo que terminen convirtiéndose en subsidiadas por el Estado.
El otro problema, quizás el que más afecte al cubano de a pie, sería la tasa de devaluación y la necesidad entonces de incrementos salariales. El costo de producir cualquier producto se elevará y con ello también su precio de venta. Según plantean expertos, la solución consiste en poner un “colchón” para evitar que esto ocurra, es decir, subsidiar los precios que se elevan producto del incremento de los costos. Otra alternativa es subir los ingresos.


