Un nuevo operativo policial realizado en la provincia de Artemisa ha puesto tras las rejas al ya bautizado como el Rey del Queso. Se trata de un campesino que tenía una pequeña fábrica clandestina con todos los hierros para poder producir tres variedades de queso de la mejor calidad, utilizando maquinaria industrial y con una condiciones de higiene impecables.
Contrario a otros reportajes transmitidos con anterioridad por la Televisión Cubana en la que son intervenidas pequeñas fábricas de producción de mantequilla, embutidos y otros productos alimenticios, en esta ocasión, las imágenes muestran una historia completamente distinta, pues el lugar donde se producían estos queso cumplía perfectamente las normas de higiene.
El registro se realizó en al Finca Santa Ana, ubicada en el municipio artemiseño de Caimito, donde se detectó una fábrica clandestina de queso dotada con toda la maquinaria, mucha de ella de fabricación industrial, que les permitía la elaboración de tres variedades.
La comercialización de estos quesos se realizaba en La Habana, los cuales se trasladaban a su destino final, tres restaurantes de comida italiana ubicados en el municipio Playa, en un auto de la marca Tico, propiedad de la esposa del encartado.
«El queso se trasladaba con carácter semanal a petición de los propietarios de estos restaurantes», indicó la oficial encargada del caso.
El ahora Rey del Queso, del que no se reveló su nombre, tenía un compromiso firmado con el Estado de entregar diariamente 150 litros de leche por las 42 vacas que tenía en ordeño. Sin embargo, solo entregaba 70 litros del total de la cantidad pactada, por lo que los 80 restantes eran utilizados para la producción de estos quesos.
Además, le fueron ocupados tres tractores en la finca, dos de su propiedad y uno registrado en el municipio de Bauta, también de la provincia Artemisa, pero del que no poseía los papeles que acreditarán su legalidad.
«Para el proceso de elaboración del queso se consumía electricidad de forma ilegal, incluyendo un cuarto que funcionaba como cámara de frío», precisa el reporte.
Los funcionarios de la Empresa Eléctrica detectaron un «doble tiro» en el metrocontador que lo hacía saltarse el consumo real. Según los cálculos, el acusado dejó de 368 mil 369 pesos cubanos por concepto de electricidad, los que tienen que ser abonados a modo de multa.
Durante el operativo se decomisaron 316 litros de leche, dos pesas, cantaras, 140 litros de cloro, moldes para los quesos, 353 libras de queso, tanques de procedencia industrial de acero níquel, una selladora y otros recursos usados en la pequeña fábrica que estaba acondicionada en la finca.
Las autoridades revelaron que la investigación sigue abierta y que la leche y el queso ocupados fueron entregados a la Unidad Empresarial de Base Balcán del municipio de Bauta.


