Un nuevo decomiso de grandes proporciones ha ocurrido en Cuba en las últimas horas. En esta ocasión, se trata de un cargamento de más de 3.200 libras de frijoles negros que fueron incautadas un ciudadano residente en el Consejo Popular Corea, en el municipio Primero de Enero, Ciego de Ávila.
«Los productos agropecuarios se encontraban en casa del sospechoso», señaló una oficial del Ministerio del Interior en esa provincia.
Según la información que ha salido a la luz en la prensa estatal, el acaparamiento tenía como fin el obtener beneficios personales, por lo que el ciudadano se enfrenta a cargos de especulación y acaparamiento, que según recoge el Código Penal de la Isla, puede traer consigo penas de tres meses a un año de privación de libertad y/o multas de cien a trescientas cuotas.
Durante el registro practicado se encontraron además 200 libras de frijoles colorados, unas 315 de azúcar crudo, 450 de boniato, 54 quintales de calabaza, varias antenas de televisión y hasta 3 gomas de camión procedentes de la empresa agropecuaria Arnaldo Ramírez.
El director de la mencionada entidad agropecuaria no explicó cómo una solo persona pudo acaparar semejante cantidad de productos, por lo que como es costumbre en estos casos, mencionó que hay «enemigos inescrupulosos» que se valen de sus posiciones para obtener beneficios, por lo que se entiende que se trate de alguien que estaba al mando del control de esos alimentos.
Desde que comenzaron los primeros casos de coronavirus en la Isla, las autoridades han librado una feroz cruzada contra los llamados «coleros, revendedores y acaparadores”. No obstante, rara vez los medios oficiales publican reportajes de corrupción en empresas estatales. Al respecto, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos ha realizado fuertes críticas a este proceder, asegurando que no se ventilan los casos en los que participan los verdaderos culpables de la corrupción que se vive en la Isla, causada por personas cercanas al gobierno y dirigentes.
