A la prensa estatal se le fue la musa o la pandemia le está haciendo daño, porque resulta indignante que se atrevan a proponerle a los cubanos que durante el verano coman más pescado y pollo como parte de sus dietas.
El pasado jueves 20 de agosto, uno de los medios cubanos ventiló el asunto con toda la naturalidad del mundo, al parecer dejando a un lado el “pequeño” detalle del desabastecimiento de alimentos a nivel nacional y las batallas campales en las colas en las afueras de las tiendas.
“La comida principal del día es el desayuno. Debe estar compuesto de alrededor de un 50 % de frutas y vegetales, un 25 % de cereales, preferentemente integrales, y un 25 % de proteínas, incluidas las de origen vegetal”, señala la información publicada por Cuba Ahora.
Lo que resulta llamativo del caso es que en ningún momento se hace alusión al precio actual de un kilo de pollo o de pescado, preferentemente blanco.
Tampoco se toca el tema de si un cubano que vive de su salario puede permitirse estos alimentos a diario. Eso sí: se mencionan varias recetas que, bien preparadas, harán las delicias de cualquier comensal: lasaña de remolacha, ensalada de garbanzos a la hierba buena, hummus de frijoles blancos con crudités de vegetales —¿quién ha visto de nuevo un frijol blanco en Cuba? —, crema de calabaza y queso, sándwich de pollo…
No se sabe con exactitud a que sector de la población están dirigidas estas “recomendaciones”. Quizás solamente fue una movida para llenar espacios en blanco en las planas de los periódicos y medios online. De cualquier manera, los “tips” sobre comer pollo y pescado parecen estar destinadas a ser seguidos por la alta esfera de la Isla, sus familiares, dueños de negocios privados exitosos o algunos privilegiados que pueden viajar al extranjero o recibir remesas del exterior, la mayor parte de los isleños… se queda afuera.
