El Gobierno de EEUU acusó a Cuba «apoyar el terrorismo» por «albergar a varios prófugos estadounidenses de la justicia buscados por cargos de violencia política», asegurando que muchos de estos han residido en Cuba durante décadas.
Un informe publicado ayer por el Departamento de Estado de EEUU indica que «el gobierno cubano proporciona alojamiento, libros de racionamiento de alimentos y atención médica para todos los fugitivos que residen allí».
Entre los casos de terroristas buscados por la justicia estadounidense que se encuentran residiendo en la Isla, y que son son citados por el Departamento de Estado, se encuentra Joanne Chesimard, también conocida como Assata Shakur, una fugitiva en la lista de terroristas más buscados del FBI, que fue condenada por ejecutar al agente de policía estatal Werner Foerster de Nueva Jersey. Las autoridades de EEUU aseguran que el Gobierno cubano ha sido informado sobre su presencia en el país, reconociendo que es efectivamente cierto, pero aún así se han negado a repatriarla.

Cuba también se ha negado a devolver a William «Guillermo» Morales, un fabricante de bombas fugitivo de las Fuerzas Armadas para la Liberación Nacional (FALN), que es buscado por el FBI y escapó de la detención después de ser condenado por cargos relacionados con terrorismo interno.
Luego menciona a Ishmael LaBeet, también conocido como Ishmael Muslim Ali, quien recibió ocho cadenas perpetuas después de ser condenado por matar a ocho personas en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos en 1972 y secuestrar un avión para huir a Cuba en 1984.

Otros fugitivos residiendo en Cuba serían Charles Lee Hill, acusado de matar al policía del estado de Nuevo México Robert Rosenbloom en 1971; y Ambrose Henry Montfort, quien usó una amenaza de bomba para secuestrar un avión de pasajeros y volar a Cuba en 1983.
También se cree que Cuba es anfitriona o ha sido anfitriona de los terroristas fugitivos estadounidenses Catherine Marie Kerkow y Elizabeth Anna Duke.

Esto formaría parte de la justificación utilizado por el Gobierno de Donald Trump para incluir nuevamente a Cuba en la lista negra de países que no cooperaron plenamente con los esfuerzos antiterroristas durante 2019, sin que salieran a la luz los informes.
La inclusión se produce luego de que el ex presidente Barack Obama retirara a la isla de esa designación en 2015, como parte de las negociaciones para el deshielo y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington.


