Un cielo absolutamente de color gris, un calor sofocante, una especie de niebla que impide la visión, tos y ardor en los ojos, son algunos de los síntomas que han sentido desde la mañana de hoy los habitantes en las ciudades al oriente de Cuba, donde la nube de polvo del Sahara que avanza sobre la isla se ha hecho sentir con más fuerza que nunca…
Esta masa de aire muy seco y lleno de polvo del desierto africano ha levantado una verdadero preocupación en esta ocasión entre los cubanos, quien dicen que «casi se toca con las manos».
Basta una salida breve a la calle o al patio de las casas para apreciar esa bóveda gris que se cierne sobre las cabezas e impide contemplar a las montañas que son fáciles de ver en toda la zona oriental.
Solo al filo del mediodía, algunos rayos de sol lograron penetrar a duras penas la densa capa que cubría el cielo de todo el oriente de Cuba.
Aunque avisados por los pronósticos del Instituto de Meteorología (INSMET) los vecinos de estos territorios han sentido temor, sobre todo cuando los expertos aseguran que esta situación se extenderá por una semana, aproximadamente, y abarcará la zona oriental del archipiélago, con una alta concentración de partículas de polvo que no se apreciaba en los últimos 50 a 60 años y de la cual es preciso protegerse por sus efectos nocivos para la salud.
Se evidencia una tonalidad lechosa predominante en el color del cielo, pues desaparece casi por completo el típico azul intenso y es posible la observación de una densa bruma, que limita la visibilidad a larga distancia.
Vienen cargadas de material particulado altamente nocivo para la salud humana y contienen, además, minerales como hierro, calcio, fósforo, silíceo y mercurio, junto con virus, bacterias, hongos, ácaros patógenos, estafilococos y contaminantes orgánicos persistentes.
De igual forma se disminuyen la probabilidad de lluvias en las áreas bajo su influencia, y pueden ocasionar la aparición de plagas en el arroz, frijoles, frutales, caña de azúcar y otros cultivos.
«Es lo peor que he visto desde que mantenemos los registros. Estamos viendo una masa mucho más gruesa de partículas de polvo suspendidas. Es mucho más distinta y notable», comentó a nuestra redacción un especialista del INSMET.
Expertos recomiendan ante la presencia de calima (polvo en suspensión en la atmósfera) mantener el uso del nasobuco, evitar la exposición prolongada al aire exterior, mantener las ventanas y puertas cerradas y pasar paños húmedos para recoger el polvo en las superficies.
