El Gobierno de Cuba desplegó a lo largo de todo el país un operativo con más de 28 mil estudiantes de Medicina con el objetivo de detectar tempranamente cualquier caso de infectados de COVID-19.
”Les preguntamos si han tenido fiebre, tos o algún malestar que pueda coincidir con algún síntoma del coronavirus”, comentó a nuestra redacción Sheila Zaldivar, una estudiante de cuarto año de la carrera de Estomatología en La Habana.
Antes de salir a las calles, les dieron una charla de 25 minutos en las que se les informó sobre los síntomas y los factores de riesgo del nuevo coronavirus.
«Ya antes del bicho este yo iba a que me diesen aire”, dice Antonio, que sufre asma bronquial y acude todos los días al médico para recibir aerosol. Ahora se ha convertido en un caso de especial seguimiento.
«Diariamente se hace la pesquisa activa por todas las casas de la comunidad, puerta a puerta, si no están volvemos a pasar, con el objetivo de buscar algún paciente que presente la sintomatología”, nos explica la doctora Ana Elena Rodríguez, de 36 años, quien cuenta a sus espaldas con tres años de misión médica en un barrio en Venezuela.
El método se basa en la sinceridad de la persona que abre la puerta. Pero, ¿y si miente y esconde los síntomas? “Es a la buena fe de las personas, pero la mayoría han visto lo agresivo que ha sido el virus y confían en nosotros”, responde Rodríguez.
La orden del Gobierno es priorizar las casas que tienen especial seguimiento: las personas que viven solas, las de edad avanzada o que tienen problemas respiratorios crónicos.
Una vez detectado un caso de una persona que tenga el nuevo coronavirus se remite al hospital, la vivienda se desinfecta y se pone en cuarentena a todos los contactos.
Si diese positivo, se traslada al hospital a todas las personas que tuvieron contacto; si diese negativo, se mantiene el seguimiento durante 14 días a los que convivieron.
