Una peligrosa práctica al parecer se ha puesto de moda nuevamente entre los jóvenes cubanos, aunque existen muchas anectotas de que esta práctica ha existido por años en Cuba.
Según aseguran es muy dolorosa y peligrosa, este ritual se ha expandido por varias partes del país como una forma de ‘incrementar el placer sexual’ algo que los jóvenes cubanos están haciendo sin consultar doctores o expertos.
Se trata de un implante sexual casero que realizan algunos hombres cubanos como una especie de ritual: introducen una especie de perla en su miembro viril para generar «más placer» al realizar el acto sexual.
Muchos jóvenes escuchan de las llamadas “perlas” mediante algunos amigos que les comentan sobres estas pequeñas bolas de acrílico que se introducen en el pene mediante una microcirugía casera.

El procedimiento consiste en la introducción de una o más bolas (perlas), las cuales después de una dolorosa incisión, se colocan debajo de la piel a lo largo del eje del pene, en el prepucio o el escroto
A pesar que se dice que el procedimiento es muy doloroso y que supone un riesgo muy grande, muchos aseguran que existen no pocos hombres que se la ponen, incluso algunos, más de una.
En las redes se les llama el “invento cubano que vuelve locas a las mujeres” y existen hasta manuales para lograr estos “penes perlados”. No obstante, los especialistas aseguran que el invento no es para nada de la Isla.
“Cuando estábamos en la cama para tener sexo por primera vez, él me dijo: ´No te asustes´, y me mostró que tenía una perla”, contó a nuestra redacción la profesora cubana Carmen Rodríguez, de 24 años, que tuvo un novio con ese implante cuando cursaba el bachillerato.
«No recuerdo sentir nada especial con la perla», asegura Carmen, que tuvo la oportunidad de probarla en carnes propias durante una larga temporada.
“Todo parece indicar que este fenómeno fue introducido en Cuba por marineros que en sus viajes visitaron países como Filipinas y Japón”, explica el historiador Enmanuel George, coordinador de proyectos de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM).
Según el especialista, la incorporación de estas perlas suele ser más común entre jóvenes de 17 y 18 años, aunque se han dado casos en edades mucho más tempranas.
Mara López, una terapeuta sexual cubana, explicó a nuestro equipo que «para que los implantes estimulen el clítoris, la perla debería estar colocada en la base del pene, cosa que nunca pasa».
Los expertos consideran que este procedimiento casero puede traer graves consecuencias para el portador de las perlas, ya que se han dado casos que se ha tenido que retirar incluso parte del pene al verse afectado por gangrena o tétanos.


