La escasez de comida en Cuba se ha terminado por convertir en una jugosa oportunidad de negocios en Miami, sobre todo para las agencias de envíos, quienes ahora ofrecer la oportunidad de comprar desde enlatados y embutidos hasta vegetales y hortalizas. Todo eso se paga en billetes verdes en la yuma y se lo entrega a su familia en la Isla.
«Desde hace dos semanas que estoy recibiendo a diario una cantina con una ración de comida que me alcanza a veces hasta para almorzar y comer», contó a nuestra redacción María Rodríguez, un cubana de 69 años que reside en La Habana.
Desde que su hijo supo de los trabajos que pasaba su madre para comprar alimentos en los últimos meses encontró la solución en un floreciente mercado de envíos de comida a la Isla.
El precio de la cantina, que se paga por adelantado, es de 36 dólares semanales, un «sacrificio» que muchos emigrados están dispuestos a hacer para que sus familiares tengan seguro el almuerzo y la comida diarias.
Cuba atraviesa una escasez de alimentos en toda su red de tiendas debido a que no cuenta con capital suficiente en sus arcas para respaldar sus compras en el extranjero y la pandemia del coronavirus ha terminado por golpear con mayor fuerza su economía, tras perder una de sus principales fuentes de ingresos: el turismo, tras el cierre de las fronteras.
«Estoy comiendo porque mi hijo en Miami me paga la comida, pero todos aquí no tenemos familiares en el extranjero. Algunos tienen que resolver con los mandados y los famosos módulos que está entregando el Gobierno a través de la libreta de abastecimiento, que a veces cuestan más que toda mi jubilación», nos dijo María, vía telefónica desde su apartamento en el Cerro, de donde no sale ni recibe visitas desde la llegada de la pandemia al país.
El precio de los alimentos comprados en el extranjero para ser entregados en la isla varía según los proveedores. Empresas como Dimecuba y Cuballama tienen combos de alimentos que van desde los $95 hasta los $250, mientras que otras agencias más pequeñas e incluso particulares ofrecen variadas opciones de compra.
Sin embargo, la reciente cruzada contra las «ilegalidades» que ha emprendido el Gobierno en medio de la pandemia ha dejado tras las rejas a decenas de personas que tenían en sus hogares verdaderos almacenes de alimentos, muchos de los cuales servían para completar los artículos que componen los famosos combos que se entregan a la puerta, pagados desde el extranjero.
La pasada semana la televisión cubana transmitió un reportaje sobre la desarticulación de una compañía llamada Valija Roja, cuyos dueños supuestamente viven en España, que se dedicaba a vender módulos de artículos y alimentos, pero cuyos precios de reventa triplicaban el costo en que los adquirían en las tiendas estatales.
