Una peligrosa plaga de sapos tóxicos está invadiendo el sur de la Florida durante esta temporada de lluvia y pueden ser potencialmente mortales, sobre todo para las mascotas, pues posee unas glándulas venenosas que son mortales para los niños pequeños y las mascotas.
Según los expertos de la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida, trata de los sapos bufo, también conocidos como sapos invasores de caña, sapo neotropical, marino, de caña o incluso sapo gigante.
Se encuentra regularmente en lugares húmedos y además se reproducen exponencialmente pues la hembra puede poner hasta 30 mil huevos de una sola vez y lo hacen en caños, estanques o lagunas.
Tiene veneno por toda su piel, a cada lado de la cabeza, e incluso en sus patas, entonces si una mascota e incluso un niño pequeño tiene contacto con ellos, es increíblemente peligroso y mortal.
Estos sapos secretan una sustancia lechosa y tóxica en su piel conocida como bufotoxina, que es mortal para gatos y perros si muerden, huelen o lamen a los sapos gigantes. La toxina también es peligrosa para los humanos, por lo que se debe usar guantes y equipo de protección al deshacerse de ellos.
Las autoridades han hecho un llamado a la población para que no eliminen cuanto sapo tengan delante, aclaro que existe una especie muy parecida nativa de Florida que es totalmente inofensiva. El sapo oriundo del estado tiene una cresta, mientras que la especie invasora carece de ella.
Si un niño pequeño entra en contacto con su toxina puede presentar un comportamiento desorientado, encías de color rojos ladrillo, convulsiones y formación de espuma en su boca.
Los expertos recomiendan mantener corta la hierba de los jardines, rellenar huecos donde los sapos puedan excavar y limpiar las pilas y los escombros.
Si se cruza con uno de ellos, usted debe aplicar una pequeña cantidad de Orajel o un agente anestésico similar mientras se usan guantes de látex o goma. Después de unos minutos, colóquelos en una bolsa de plástico y congélelos durante 48 horas. Luego deséchelos.
