Un restaurante privado en La Habana lleva casi un mes realizando una tarea titánica, luego que su dueño decidiera pagar de su bolsillo los almuerzos y las cenas de 116 ancianos del barrio del Carmelo, en el Vedado, que se las entrega en sus propias casas para que no tenga que salir a la calle en medio de la pandemia por el coronavirus.
Leonel Pachy, quien es propietario del restaurante habanero Pizzas Pachy, recorre diariamente desde hace 22 días las viviendas de estos abuelitos, siempre a las once de la mañana y a las cuatro de la tarde.
Dice que él no desea que todos conozcan lo que hace y mucho menos saber de méritos y reconocimientos, ni publicaciones de Facebook, ni grandes entrevista, porque simplemente «era lo que podía hacer».

«Fue después de verles los rostros a los abuelos que visitó cada día que comprendí lo que estaba haciendo», dice, mientras terminar de ponerse la ropa de deporte que utiliza para repartir las cenas.
«Los cubanos somos como los delfines, que tenemos el agua hasta el cuello y seguimos riéndonos como si nada», agregó Pachy, quien pide que lo único que desea es que la gente no se olvide de los fallecidos luego que esta pandemia termine.
Aún cuando ya el barrio del Carmelo no se encuentra en aislamiento, pues fue el segundo en el país en ponerse en cuarentena por un foco de coronavirus, Pachy sigue subiendo cada día las escaleras de los edificios donde reparte sus comidas, pues dice que para eso son las ayudas, «para paliar un poco los problemas de la gente».

Por ahora, los fogones de Pizzas Pachi se mantienen apagados, al menos para la venta al publico, pues las autoridades ordenaron el cierre de estos establecimientos hace unas semanas por la propia pandemia… Él está seguro que todo volverá a la normalidad pronto, pero tratará de seguir regalando paz y comida a estos ancianos mientras pueda.


