El Gobierno cubano ha creado «alianzas» con cuentapropistas para comenzar cebar clarias en estanques, como si fuesen puercos en sus corrales, para intentar suplir con su carne la escasez de alimentos que enfrenta el país.
La idea ha comenzado a aplicarse en la provincia de Villa Clara, según recoge la Agencia Cubana de Noticias, aunque el objetivo es expandir por todo el país la practica de «crecimiento y engorde» de estos polémicos peces.
Omar Franco Obregón es uno de los campesinos que en Cuba se han sumado a esta «iniciativa», gracias a la recuperación de unos estanque en mal estado que le fueron otorgados bajo una licencia de cuentapropista para su explotación en el municipio villaclareño de Placetas.
Allí tiene cuatro depósitos, de unos 140 metros cúbicos de agua cada uno, para que las clarias puedan desarrollarse y engordar, estimando que de cada una de estas granjas acuícolas se obtengan unas 2 mil toneladas de carne al final de cada etapa de cebe.
El Gobierno ya tiene pactada la compra de toda la producción, a razón de cinco mil pesos cubanos (aproximadamente 200 dólares) por tonelada de clara limpia, para luego ser vendida en la red de pescaderías estatales por todo el país.
El proceso de engorde dura unos cuatro meses, por lo que toneladas de clarias podrían obtenerse hasta tres veces en el año en cada una de estas granjas.
Desde que apareció este pescado ha tenido muchos detractores, que lo juzgan por su «feo» aspecto y lo culpan por la desaparición de otras especies que antes abundaban en los ríos como la tilapia, la tenca y la trucha.
Hablamos de un pez que se adapta con facilidad al medio y que puede sobrevivir en un ambiente de humedad o fangoso. Generalmente son de color negro opaco, pueden pesar hasta 60 kilogramos y medir más de un metro; tienen una larga aleta dorsal, ojos opacos y saltones y cuatro pares de bigotes en la boca.
Debido a su corta visión, detecta a sus presas por el olfato y los bigotes, y es un cazador nocturno, por lo que prefiere localizar su alimento cerca del fondo.
Otra de las características que sorprenden es su capacidad para sobrevivir fuera del agua. Valiéndose de sus aletas pectorales puede desplazarse sobre tierra buscando mejores condiciones de vida en otro lugar.
Tolera, además, concentraciones de miles de ejemplares por metro cúbico de agua, lo que convierte la especie en ideal para el cultivo.
