El Gobierno cubano reveló que posee un fármaco producido en sus laboratorios que es capaz de frenar la llamada «tormenta de citoquinas» que aparece en los pacientes reportados de graves o críticos por el coronavirus y que provoca una reacción descontrolada del sistema inmune que puede tener consecuencias fatales.
Se trata del anticuerpo monoclonar humanizado Itolizumab, el cual está incluido dentro del protocolo de tratamientos para pacientes enfermos con la COVID-19.
Aunque habitualmente este medicamento se utiliza para tratar afecciones de personas con psoriaris y artritis reumatoide, las investigadores que lideran la lucha contra el coronavirus en Cuba decidieron comenzar a utilizarlo en 70 pacientes de nueve hospitales en la Isla que había sido clasificados como «críticos, graves y de cuidado, con alto riesgo de agravamiento».
«Los mejores resultados se han visto en pacientes reportados como graves y de cuidado», afirmó un reporte publicado en la noche de ayer en el diario oficialista Granma.
De acuerdo a los varias publicaciones médicas consultadas por nuestra redacción, la «tormenta de citoquinas» provoca en el organismo una hiperinflación de los pulmones y trae consigo la aparición del llamado síndrome de distrés respiratorio del adulto o insuficiencia respiratoria aguda, considerada la principal causa de muerto de los pacientes infectados con coronavirus.
Las autoridades sanitarias cubanas aseguran que el Itolizumab es capaz de «reducir la secreción de un grupo de mediadores de la inflamación, que se conocen como citocinas proinflamatorias».
«Este fármaco permitiría frenar a tiempo las consecuencias de una tormenta de citoquinas, que no es más que una reacción inmunitaria defensiva del organismo, pero que termina siendo potencialmente mortal. El Itolizumaba actua en la fase de la enfermedad donde el daño lo produce la propia respuesta exagerada del sistema inmune del paciente ante la increíble capacidad que posee este virus de dividirse y expandirse por el organismo», precisó el citado medio.
El equipo de investigadores cubanos que está detrás de la aplicación de este fármaco advirtieron que solo se encuentran en la etapa de «recolección e interpretación de datos», por lo que no poseen «conclusiones definitivas» de su efectividad.
