La enfermera cubana Yaquelín Collazo, quien se contagió de coronavirus mientras cumplía misión en Venezuela, se ha convertido en la paciente cubana que lleva más tiempo infectada en un hospital de Cuba, pues el día de hoy cumple 48 de ingreso, del cual la mayor parte lo ha pasado en estado crítico en una sala de Terapia Intensiva del Hospital Militar Comandante Manuel Fajardo de Santa Clara, informaron las autoridades de salud de la provincia Villa Clara.
Según se ha podido conocer, Collazo se encuentra estable, ya que ha dejado atrás el estado de gravedad en el que estuvo durante 37 días en la sala de Cuidados Intensivos de la citada institución médica.
Collazo, quien laboraba como para de la brigada médica en Venezuela, regresó al país el día 14 de marzo y no fue hasta el 24 de ese mes cuando ingreso, confirmándose como positivo al coronavirus.
Con ella se desencadenó un episodio de transmisión local en el poblado de Caibarién, donde vive esta enfermera, en el que incluso resultó infectado su nieto de solo siete años de edad, el hermano de Collazo y tres conocidos más. Además, se tuvo que poner en aislamiento a los 29 niños que compartían la misma aula de clases junto a sus padres, quienes afortunadamente dieron todos negativos días después a las pruebas diagnostico PCR.
Según publicó en sus redes sociales el periodista cubano Freddy Pérez Cabrera, la noticia ha llenado de alegría a todo el poblado de Caibarién, quienes desde un principio estuvieron preocupados por la recuperación de esta enfermera villaclareña, que al parecer es muy querida por sus vecinos.
De los profesionales de la salud que se encontraban prestando servicios médicos en Venezuela, al menos 4 han dado positivo al coronavirus, de acuerdo a lo informado por Nicolás Maduro a mediados del mes de abril.
En esas fechas, algunos colaboradores deportivos que se encontraba en el país comenzaron a denunciar que estaban siendo obligados a realizar tareas de pesquisaje para detectar posibles contagios en viviendas de Maracaibo, Estado Zulia.
Los cubanos aseguraban que se estaba violando el contrato laboral que habían firmado y que además no les estaban garantizando todos los medios de protección necesarios para no poner en riesgo su propia salud.
