Tras un mes de aislamiento, el primer foco de transmisión local de coronavirus de Cuba fue cerrado hoy en el municipio Consolación del Sur, en Pinar del Río, cuando el Gobierno informó sobre el fin de la cuarentena con un desfile por el 1ro de Mayo por las calles de la ciudad y sin ningún respeto del distanciamiento social.
Durante 31 días los habitantes de la comunidad Camilo Cienfuegos permanecieron en sus hogares, con restrictivas medidas que impedían su libre circulación, luego que diez de sus pobladores resultaran positivos al coronavirus.
A pesar que las autoridades dijeron que debía continuarse con las medidas higiénicos sanitarias y el distanciamiento social, parece que los que desfilaron por esas calles venían con algún tipo de inmunidad, pues a pesar de estar todos con nasobucos, poco se respeto lo de no estar cerca uno del otro.
Justo a las ocho de la mañana, y tras entonarse las notas del Himno Nacional desde todos los balcones, los profesionales de la salud que atendieron por casi un mes a los habitantes de este poblado fueron despedidos entre aplausos mientras recorrían la calle principal hasta el punto donde se celebró el acto político que nunca falta en estas fechas.
Mil 400 personas se mantuvieron en cuarentena en 13 edificios y dos barrios contiguos de esta localidad consolareña, los que parecían durante todo ese tiempo como una ciudad fantasma.
La palabra pesadilla era la más usada cuando se indagaba entre sus pobladores sobre la vivencia en cuarentena, muchos agregan terrible, en tanto que «¿cuándo se acabará esta terrible pesadilla?» era la pregunta que emergia a diario en cada conversación.
Los psicólogos que atendieron a esta comunidad revelaron que mientras duró la cuarentena aumentaron los niveles de ansiedad, desesperanza y temor por la amenaza de muerte, lo que trajo consigo un aumento y desestabilización en el sistema inmunológico.


