Un grupo de alumnos y exalumnos de la Universidad de Managua (UdeM), se dieron a la tarea el pasado domingo de comenzar la búsqueda de un ex catedrático de origen cubano, del cual comenzaron a circular una serie de fotografías en las redes sociales en las que se le podía ver en condición de indigente en una parada de buses.
Identificado como Raúl Zaragoza, de poco más de 60 años, este profesor impartía clases en la escuela de periodismo de la citada universidad.
Hace algunas horas los estudiantes confirmaron que habían encontrado a Zaragoza y que una de sus alumnas lo había llevado a su casa en Villa Austria, donde le proporcionaron ropa y comida.
Según contaron sus estudiantes, este profesor les dejó una huella imborrable en sus vidas por su capacidad y tratamiento de persona.
A su vez, algunos confesaron tener conocimiento que había sido diagnosticado hace algún tiempo con cáncer terminal, por lo que se vio obligado a someterse a un largo tratamiento que lo llevó a alejarse de la docencia. Sin embargo, no lograban entender que había provocado que acabara en las calles como un indigente.
Zaragoza era conocido en las aulas de periodismo como “El cubano” y su experiencia docente supera los diez años solo en la UdeM. Carlos Navarrete, exestudiante de periodismo, fue uno de los que dijo que iban a buscarlo para hacerle llegar ayuda. “Eso no puede esperar, tenemos que ser solidarios”, dijo.
Una de las críticas realizadas por parte de los estudiantes fue a la dirección de la universidad en la que Zaragoza trabajó durante años. Al respecto, varios docentes de la universidad aseguraron que la institución le mantiene el salario desde que le diagnosticaron la enfermedad y lo apoyan con alimentos y medicina. Además, señalaron que incluso corren con los gastos del cuarto en el que habita solo, pues hace algunos años se separó de su pareja con quien tiene un hijo.
Otros docentes aseguraron que la situación del profesor Zaragoza es bastante complicada, ya que esta es la tercera vez que se escapa del centro médico en el que recibía el tratamiento para el cáncer.
“Se ha hablado con él, pero vive deprimido, requiere ayuda, más de la que entiendo le están dando”, escribió un profesor que también lo conoce.
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