El Gobierno cubano anunció el pasado jueves que pondrá “mano dura” contra aquellos que se dedican a marcar en las colas de las tiendas y luego revenden los turnos aprovechando la actual crisis sanitaria y que las personas no deben estar expuestas a las aglomeraciones.
Según comentó Reinaldo García Zapata, gobernador de La Habana, la idea es «caerle” a los que están haciendo colas en horas de la noche o la madrugada.
«Hoy se dieron indicaciones a la policía de que evaluaran a todo el que esté a las 2 o 3 de la madrugada haciendo cola, eso es para vender ticket al otro día», afirmó.
«Hay que irle arriba a eso, porque eso no da nada», añadió el funcionario, en referencia a que muchos cubanos han montado todo un negocio de venta de turnos al inicio de las colas gracias a que pasaron la noche marcando para obtener los primeros puestos.
De igual manera, reconoció que el Municipio Centro Habana y la calle Monte son algunas de las zonas más complicadas en la capital por la indisciplina social.
En esos lugares, Zapata aseguró que «se van a incrementar efectivos infantes, carros patrulleros y efectivos de la brigada especial que van a estar compartiendo el trabajo con todos los que están actuando en el cuidado de la población».
Las palabras del gobernador surgen a raíz del reclamo realizado el pasado miércoles por el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, quien comentó que los revendedores y acaparadores estaban vendiendo los productos en las calles “a lo descarao”.
Ordenó a la Policía ver el tema con la Fiscalía; «pero eso es decomisando los productos, quitándole las cosas y poniéndoles la multa que llevan. Y no le permitan a nadie eso», advirtió.
«Hay que aplicarles las medidas que llevan», dijo el gobernante, y aseguró que «nadie está autorizado a vender o revender nada en la calle».
Sin embargo, a pesar de las medidas anunciadas para detener esta práctica, la crisis de alimentos y de artículos de primera necesidad han obligado a los cubanos a someterse a largas filas para adquirir los productos; y ha llevado a otros a aprovechar la coyuntura para vender turnos conseguidos al inicio de una interminable cola o, simplemente, lo que logran adquirir extra en las tiendas estatales.



