El Gobierno cubano reveló que ha comenzado la fase de pruebas en pacientes infectados coronavirus en La Habana con una nueva vacuna utilizada originalmente para la artritis reumatoide, que aunque no es una cura para el COVID-19, si ayuda a controlar la magnitud de la inflamación de los pulmones que se produce en enfermos en estadios graves y críticos.
Según precisa el reporte de la estatal Prensa Latina, se trata del fármaco CIGB 258, el cual fue desarrollado hace algunos años por el Centro de Ingenería Genética y Biotecnología como una alternativa que induce a activarse a las células que controlan la hiperinflamación.
Las pruebas se están realizando con la autorización de los familiares de cuatro pacientes que se encuentran en estado crítico como alternativa terapéutica, lográndose que revirtieran esa situación a grave y que evolucionaran alentadoramente.
Las autoridades sanitarias en Cuba han remarcado que no se trata de una cura y que han medida que avance su efectividad, se torne más seguro su tratamiento, la recuperación y se compruebe que no daña a otros órganos, se pasará a la siguiente fase de aplicación, extendiendo su administración a otros pacientes para que no lleguen al estado grave o crítico.
A inicios de esta semana, el Gobierno cubano informó que había iniciado el ensayo en humanos de una vacuna especifica contra el coronavirus que busca atenuar la gravedad en pacientes infectados, al tiempo que trabajan para desarrollar a más largo plazo con vista a neutralizar la enfermedad.
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) informó por la televisión del Estado “que el medicamento denominado CIGB 2020 se está aplicando sobre pacientes voluntarios portadores de la enfermedad», según cita la agencia ANSA.
Según detallaron los prestigiosos médicos de Cuba, “se aplica de forma nasal y sublingual para fortalecer estas áreas y ya se han observado resultados alentadores sobre la activación del sistema inmune innato”. Se trata de un avance único en el mundo en una vacuna contra coronavirus.
“El 26 de marzo se aprobó el estudio clínico de esa primera vacuna y el 27 ya estaban los primeros voluntarios; el propósito es estimular la inmunidad innata de las personas para que no se agraven”, puntualizaron las autoridades cubanas.
Agregaron que aunque también se trabaja en otra vacuna específica contra el coronavirus, un medicamento de esa naturaleza nunca estaría listo en menos de un año y medio.


