El joven cubano Henry Osvel Tavier Sánchez llegó a Cuba procedente de Francia el pasado 14 de marzo, sin imaginar que venia infectado de coronavirus. Hoy nos contó detalladamente cómo han sido sus días desde comenzó a presentar los síntomas de la enfermedad y sobre como su vida ha cambiado desde ese entonces.
“Son muchos los héroes que me están dando vida”, comenta el joven, quien desde su llegada al país prefirió usar guantes y nasobuco aunque no fuera ley y aislarse porque si él lo traía, no quería ser el que lo regara en su isla.
“Llegué a Cuba el 14 de marzo, procedente de Francia, pero había pasado por varios puertos de Italia y había visto lo que hacía el coronavirus. Vi la destrucción social, el miedo, la depauperación. Sabía del coronavirus porque en el barco siempre nos informábamos, pero nunca creí que yo fuera a contagiarme. Realmente pensaba que tomaba las medidas adecuadas”, recordó Tavier.
Según reveló el joven, al experimentar los primeros síntomas acudió de inmediato al hospital, ya que le aterraba la idea de portar el virus y poder llegar a contagiar a los demás.
“Desde que llegué al centro médico me atendieron muy bien, me hicieron pruebas y muchas preguntas para descartar todo. Primero fui un caso sospechoso que estaba en la sala 2E. Allí un personal muy joven me atendía, pero con mucho humanismo: Bárbaro Rodríguez, Rubiel Rosales, Dognai Borges, Emily Valdés, Maritza Fortún, Zulema, Vincent Borrego, Natalí.
Para Henry, uno de los momentos más duros fue cuando Serrano informó en el noticiero sobre los nuevos casos en el país, ya que en ese momento le vino a la mente su abuela y todas las personas que pudo haber contagiado.
“Después vino algo duro, decírselo a mi familia. Explicarle que de ese que hablaban en el noticiero era yo. Lloré, pero nunca lo supieron. Mi madre también lloraba, y yo saqué fuerzas y la intentaba calmar: ‘todo irá bien’, le decía.”, recordó.
Con el paso de los días, Henry tuvo la certeza que nadie había sido contagiado a través de él, lo cual confiesa que lo reconfortó y lo hizo sentir mejor, aunque reconoce que extrema las medidas con el personal médico que cada día lo atiende, a quienes considera los verdaderos héroes de esta triste historia que vive el mundo.
“Estar aquí tiene una carga sicológica muy fuerte y ellos me ayudan, es un grupo muy cohesionado y humano. Esto mañana será un mal recuerdo, pero me queda que al no salir de casa protegí a muchas personas, protegí a Cuba y eso me hace sentir bien”, concluyó el joven.


