El Dr. Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno de EEUU, advirtió hoy que el país aún no cuenta con las pruebas críticas y los procedimientos de rastreo necesarios para comenzar a reabrir la economía de la nación, agregando una dosis de precaución a las proyecciones cada vez más optimistas de la Casa Blanca.
«Tenemos que tener algo en su lugar que sea eficiente y en el que podamos confiar, y todavía no estamos allí», dijo Fauci en una entrevista con The Associated Press.
Los comentarios de Fauci se producen cuando el presidente Donald Trump y otros miembros de la administración evalúan la rapidez con que las empresas pueden reabrir y los estadounidenses pueden volver a trabajar semanas después de que el coronavirus detuviera la economía de los EEUU. Trump ha planteado la posibilidad de reabrir algunas áreas para el 1 de mayo y dijo que podría anunciar recomendaciones tan pronto como esta semana.
Fauci dijo que el objetivo del 1 de mayo es «un poco demasiado optimista» para muchas áreas del país. Cualquier flexibilización de las estrictas reglas de distanciamiento social vigentes en gran parte del país tendría que ocurrir de forma «continua», no todo a la vez, comentó, destacando las formas en que COVID-19 golpeó diferentes partes del país en diferentes momentos.
Entre las principales preocupaciones de Fauci: que habrá nuevos brotes en lugares donde el distanciamiento social ha disminuido, pero los funcionarios de salud pública aún no tienen la capacidad de detectar rápidamente el virus, aislar los casos nuevos y localizar a todos los que vinieron personas infectadas en contacto con.
«Te garantizo que una vez que comiences a retroceder habrá infecciones. Lo que cuenta es cómo lidias con las infecciones», dijo Fauci a la AP.
La clave es «sacar a la gente de la circulación si se infectan, porque una vez que comienzas a obtener grupos, entonces realmente estás en problemas», agregó.
Al mismo tiempo que Fauci dirige investigaciones críticas del gobierno, también es uno de los principales portavoces de la administración sobre el virus, y pasa horas cada semana al lado de Trump durante sus largas sesiones informativas diarias en la Casa Blanca.
Fauci dijo que su papel público es importante, pero admitió que la duración de esas sesiones informativas, que duraron casi dos horas y media, fue «realmente agotadora» y eso ni siquiera cuenta la preparación y la espera de que comience.
«Si hubiera podido hacer algunos comentarios y luego ir a trabajar, eso hubiera sido mucho mejor», dijo. «No es la idea de estar allí y responder preguntas, lo que realmente creo que es importante para el público estadounidense».
Gran parte del tiempo de Fauci fuera de la sala de reuniones de la Casa Blanca se centra en analizar el progreso en los análisis de sangre que tienen como objetivo determinar quién estuvo expuesto al coronavirus, si sabían que estaban enfermos o no, al detectar anticuerpos que su sistema inmunológico formó para combatirlo. Esas pruebas serán cruciales para determinar cuándo y cómo las personas pueden volver a trabajar.
El problema: Fauci advirtió que todavía no se ha demostrado que la mayoría de las pruebas funcionen bien. Señaló que algunos países compraron millones de pruebas de anticuerpos solo para saber que no funcionaban.
Fauci, jefe de enfermedades infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud, reveló que su personal está trabajando con la Administración de Alimentos y Medicamentos para validar esas pruebas. Eso significa probar qué nivel de anticuerpos se necesita para ser realmente inmune; si determinados tipos de anticuerpos son clave en lugar de un nivel general; y cuánto dura esa protección.
«Vamos a tener que encontrar la respuesta a todas esas preguntas», enfatizó Fauci. «Sé que la gente está ansiosa por decir: ‘Bueno, le daremos un pasaporte que diga que tiene anticuerpos positivos, puede ir a trabajar y está protegido’. La peor posibilidad que sucedería es si nosotros realmente estamos equivocados al respecto y esas personas se infectan», advirtió.
Otra complicación es que los científicos aún no tienen una comprensión sólida de la frecuencia con la que las personas que no muestran síntomas obvios o muy pocos están propagando el virus. Es «puramente una estimación», pero no menos del 25% y no más de la mitad de los casos generales pueden ser de pacientes relativamente asintomáticos, dijo.
Mirando hacia el futuro, Fauci adelantó que una segunda ola de infección no es inevitable. Pero agregó: «podemos decir que bajará y luego llega septiembre, octubre y noviembre, tendremos otro pico, debo decir que no me sorprendería. Espero que, si eso ocurre, saltemos todos sobre esto de una manera mucho, mucho más efectiva que la que hemos tenido en estos últimos meses».
