Jennifer Bustamante, de 31 años, y su hija Vanessa Suárez Bustamante, de 8 años, llegaron a Cuba desde Guyana el pasado 21 de marzo, pero nunca imaginaron que traían consigo un invitado peligroso en su organismo: el coronavirus.
Las dos llegaron asintomáticas y estuvieron así todo el día en su casa del municipio Cárdenas. Sin embargo, a la mañana siguiente el panorama comenzó a cambiar y solo 24 horas después su médico de la familia le detectó a las dos una sintomatología respiratoria bastante sospechosa.
Inmediatamente fueron remitidas al Hospital Clínico Quirúrgico Docente «Mario Muñoz Monroy», donde ahora están ingresadas y aisladas, luego de comprobarse que eran positivo al coronavirus COVID-19.
Junto a ellas, han sido ingresadas otras 13 personas, todas las cuales tuvieron contacto directo desde su regreso con Jennifer y Vanessa, según informó ayer el Ministerio de Salud Publica de Cuba. Las dos se mantiene estables y no han presentado síntomas graves asociados a la enfermedad.
«La niña está bien, goza de buena salud. Yo también, ambas estamos en buenas condiciones y no presentamos complicaciones…», comentó Jennifer a un periodista del portal de Facebook Cuban Journalist.
También quiso agradecer a los médicos que las atienden por la labor de héroes que protagonizan.
«Quiero agradecer a los clínicos, intensivistas, médicos de este hospital, mi hija y yo le debemos estar hoy en perfecto estado de salud…Soy una madre feliz, no pensé tener este inmenso cariño y atención, me siento segura y positiva…», comentó.
Tampoco quiso dejar de enviar un «abrazo a sus compañeros del Hotel Iberostar, y para sus familiares y amigos».
«Tomen todas las medidas sanitarias, que pronto estaremos abrazándonos una vez mas…», dijo esperanzada.
«Mi niña Vanessa les envía a todos un beso, una foto junto a su pediatra y una sonrisa de amor y confianza en la medicina cubana», concluyó diciendo esta madre cubana al citado medio.




