La doctora cubana Katy de los Reyes vive desde hace más de cinco años en España, pero cuando aún estaba en Cuba le toco enfrentar las epidemias del cólera, el dengue y hasta el ébola durante sus misiones en África. Sin embargo, dice que ahora siente «terror» si el coronavirus llega a Cuba de la forma que lo ha hecho en países de Europa, como Italia y la propia España.
«Jamás pensé que viviría en este país, en el primer mundo, algo como lo que está sucediendo. Tampoco recuerdo una situación de tanta gravedad como ésta en el mundo», comentó a nuestra redacción.
«En Cuba me tocó vivir el cólera, que fue muy difícil y duro, pero recibíamos 3 o 4 casos en un centro médico, algo asumible, lo mismo con el dengue. Sabíamos que podíamos tener cobertura para atender a los pacientes más graves. Pero con la rapidez del contagio del COVID-19 eso ya no es así», agregó.
Según nos asegura esta doctora cubana, la población en la mayor de las Antillas se está confiando mucho y aún no miden el riesgo de la enfermedad.
«Tengo terror a que entre a mi país de la forma que lo ha hecho en otras naciones. No van a dar abasto en los hospitales. Mira en Madrid, o Italia, son países con hospitales con tremendas condiciones y no han podido hacerle frente a esta pandemia», enfatizó.
Su recomendación es que todos nos protejamos y reconociendo que en Cuba casi no existen los medios de protección adecuados, nos sugirió que realizáramos nuestras propias mascarillas de tela «para resolver», pues asegura que si son efectivas si se les da el tratamiento adecuado.
«Cuando me tocó enfrenta la epidemia del ébola en África nos daban diez mascarillas de tela, con los tejidos verde o azul que se utilizan para los quirófanos. Teníamos que lavarlas con agua a 90 grados y jabón para eliminar los gérmenes y cambiarlas cada dos horas. Les puedo asegura que son efectivos», nos dijo Katy, quien ahora labora como coordinadora de la atención sanitaria en los Servicios Asistenciales de la localidad de Envera, dentro de la ciudad de Madrid.
Esta doctora se ha curtido en la economía de guerra y la escasez de recursos durante sus años de médico en el sistema sanitario cubano y está acostumbrada a usar el arma de la prevención como primera y gran medida para evitar el contagio. Por ello ha recurrido a su experiencia para abordar la necesidad, como es el caso de la demanda de mascarillas: “Si no tenemos, las hacemos nosotros”.
«También sabemos cómo impermeabilizar batas o hacer gafas protectoras con carpetas de plástico, por si llegaran momentos de gran dificultad. Estas mascarillas van a resultar cruciales para los trabajadores y para evitar la infección de los más vulnerables en Cuba», concluyó diciéndonos.




