El Gobierno cubano anunció con optimismo que ya está desarrollando su primera vacuna contra el coronavirus Sars-CoV-2, causante de la COVID-19, la cual ya se encuentra en fase de ensayo clínico y obteniendo resultados preliminares que han sido calificados de «alentadores» por el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Según los reportes de la prensa estatal, esta vacuna está siendo desarrollada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), el cual tiene la responsabilidad de su diseño, por contar con una amplia experiencia en el desarrollo de partículas que logran estimular el sistema inmunológico y la inmunización vía nasal.
El director de investigaciones biomédicas del CIGB, Gerardo Guillén, dijo que la ventaja de esta vacuna radica en que se utiliza una plataforma desarrollada por el centro científico, en la que se emplean «partículas semejantes a virus con gran capacidad de estimular el sistema inmune», según declaraciones citadas por Prensa Latina.
Cuba tiene experiencia en el uso de esa tecnología, pues cuenta con una vacuna ya registrada, aseguró el científico, quien comentó que existe la posibilidad de que los especialistas de la Isla desarrollen la vacuna de conjunto con China, en el centro de investigación mixto ubicado en la ciudad de Yongzhou, del país asiático.
Guillén agregó que al ser la COVID-19 una enfermedad que tiene entre las vías de transmisión la nariz, la referida plataforma posee ventajas para el desarrollo de un medicamento contra el nuevo coronavirus.
De igual forma, anunciaron el desarrollo de una serie de fitofármacos que ayudarán a enriquecer el arsenal terapéutico que posee el sistema sanitario cubano para tratar infecciones respiratorias agudas.
Desde comienzos el pasado mes circularon en las redes sociales los rumores sobre que Cuba poseía un medicamento capaz de curar el coronavirus, pero la realidad es totalmente distinta. Se trata solamente del antiviral Interferón Alfa 2B cuyo impacto en el tratamiento aún se está evaluando; no es una cura, ni una vacuna.
