No habrá en Cuba cierre de fronteras, ni limitación de la entrada de determinados turistas a la Isla, ni disminución de la cantidad de vuelos, como posibles medidas para evitar la llegada de nuevos casos positivos de coronavirus al país. Así lo confirmó ayer a la prensa Jorge Luis Bubaire, jefe de la Aduana en el Aeropuerto Internacional José Martí, quien dijo que solo se «reforzarían» las medidas en frontera para identificar posibles casos de infectados con el COVID-19.
El gran problema es que hasta ahora, los extranjeros que han dado positivo al coronavirus en la Isla ingresaron al país estando asintomáticos. Sin embargo, Bubaire insistió que el llamado «plan de emergencia» que ha adoptado el Gobierno se centra en identificar pasajeros con sintomatologías propias de la enfermedad.
Esto realmente hace casi imposible detener su entrada, pues el período de incubación es elevado y muchas veces pueden llegar los turistas en perfecto estado y desarrollar los síntomas luego, cuando ya han estado en contacto con cientos de personas en la Isla.
Así ocurrió con los tres turistas italianos que dieron positivos, los que arribaron el pasado lunes por el aeropuerto José Martí de La Habana y no fue hasta entrada la tarde del martes cuando empezaron a presentarse los problemas respiratorios, estando ya disfrutando de sus vacaciones en la provincia de Sancti Spíritus. El otro caso que fue confirmado anoche, el primero local, también estuvo en contacto con otra turista italiana, en este caso su esposa, que se encuentra en Cuba desde el pasado 24 de febrero, cuando llegó al país procedente de Italia.
«Cada día arriban al país, solo por la Terminal 3 del Aeropuerto José Martí, unos 40 vuelos de alto porte, con un numero importante de pasajeros y por la Terminal 2, unos 20 aviones, en los que principalmente arriban turistas de Italia, Francia, España y Alemania, las mismas naciones europeas con mayor numero de contagios por el coronavirus», reconoció el jefe de la Aduana de esta instalación portuaria.
En los aeropuertos se han entregado al personal de Aduanas e Inmigración nasobucos y guantes, los que las autoridades aseguran que son cambiados cada tres horas y que se desechan luego de recibir a los pasajeros de cada vuelo. Además, han colocado en los baños gel o cubos con hipoclorito de sodio para intentar lograr una desinfección permanente, tanto de los pasajeros como de los oficiales.
Un trabajador de la Aduana en la Terminal 3 de La Habana nos dijo bajo condición de anonimato que muchos en el aeropuerto están asustados pues son la primera linea frente a un posible contagiado. Esta misma persona nos hizo llegar una foto de la sala de aislamiento que sido acondicionada dentro del Aeropuerto José Martí para ingresar inmediatamente a los pasajes que se detecten con posibles síntomas de la enfermedad.
«De haber un caso sospechoso de enfermedad transmisible, hay un protocolo de actuación, donde se ubica al pasajero en la parte final del avión, se coloca una escalera en la puerta trasera del mismo, se activa el Servicio Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) interno del aeropuerto y se traslada hacia la sala temporal de aislamiento que tenemos en la terminal tres», precisó nuestra fuente.
«Si la primera evaluación clínica resulta positiva, entonces se solicita al SIUM nacional su traslado inmediato hacia los centros establecidos, como es el caso del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK)”, agregó.




