La Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos (USCIRF, por sus siglas en inglés) sugirió ayer al presidente Donald Trump que otorgue visas a líderes religiosos cubanos en la Embajada de EEUU en La Habana para facilitar sus trámites de viajes a territorio estadounidense sin que estos tengan que desplazarse a un tercer país.
La sugerencia del USCIRF fue incluida dentro del Informe de 2019 que acaban de emitir y en el cual se ubicó a Cuba en el Nivel 2 por su participación en supuestas violaciones de la libertad religiosa o por permitirlas.
El documento, hecho publico en la tarde del pasado martes, brinda una visión sobre los problemas que sufrieron los líderes religiosos cubanos durante el 2019, una situación que denuncian que venía ocurriendo desde antes y que no cambió en nada tras aprobarse la nueva Constitución.
Today, USCIRF released a new report on the key religious freedom violations that occurred in #Cuba during 2019.
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— USCIRF (@USCIRF) March 10, 2020
La USCIRF es una organización independiente aprobada por el Congreso de los Estados Unidos para monitorear e informar sobre las amenazas a la libertad religiosa en el extranjero.
Además de abogar por beneficios para la obtención de visados para líderes religiosos cubanos pidieron que el Gobierno estadounidense cree programas que permitan «respaldar a periodistas independientes que sufren de acoso en Cuba por informar sobre los derechos religiosos».
El texto denuncia en particular lo ocurrido con un matrimonio evangélico que reside en Guantánamo, los que fueron condenados a dos años y medio de prisión por educar a sus hijos en su casa, alejados de la enseñanza oficialista. También refiere la situación vivida por una pareja de judíos cuyos hijos sufrieron durante el pasado año acoso en su escuela por parte de alumnos y profesores por usar el kipá dentro del centro escolar.
Por ultimo, criticaron al Gobierno cubano por exigir que todos los grupos religiosos estén obligados a registrarse en una oficina especial que atiende este tipo de asuntos, calificando el hecho como «una medida de control» para mantenerlos vigilados. Los que no se registran en esta Oficina de Asuntos Religiosos pueden ser multados o enviados a prisión pues deben obtener un permiso ara realizar cualquier actividad fuera de un típico servicio de adoración.
