Los cubanos ya comienzan a tener problemas con los automóviles de segunda mano que han comprado en apenas una semana al Gobierno. Algunos compradores han denunciado que sus vehículos tienen problemas mecánicos, los que detectaron después de revisarlos fuera del concesionario, pero ahora las autoridades se niegan a devolverles el dinero pues dicen que está en las condiciones del contrato que firmaron.
Precios por los cielos, autos carentes de garantía y funcionarios que se rehúsan a devolver el dinero de la venta de vehículos en mal estado, son solo algunos de los “detalles” que comienzan a hacerse sentir en la Isla a raíz de la recientemente habilitada venta de autos de segunda mano.
“Sin pensarlo dos veces intentaría comprar un carro en la calle que me saldría más barato”, comentó un entrevistado por ADN Cuba luego que el reportero le recordase que el más económico costaba 34.000 dólares.
A pesar de los descabellados precios, algunos cubanos se han lanzado a comprar estos “nuevos autos”. Sin embargo, su experiencia no ha sido la mejor.
“Cuando fui a devolver el auto porque no funcionaba bien en Cimex me dijeron que no podían hacer nada, que todo estaba en el contrato”, recordó un desventurado comprador.
Los precios de estos autos de segunda mano superan incluso el valor original por el que fueron lanzados al mercado tras su fabricación. Un ejemplo de esto es el caso de Geely, el cual se vende actualmente en la Isla por 34.000 dólares, cuando su precio actual en otros países ronda los 6.000 o 7.000.
Como si los altos precios no fueran por si solos un motivo para enloquecer, algo que también trae de cabeza a los isleños es el hecho que los autos, a pesar de ser usados, no cuentan con garantía y pueden fallar en cualquier momento.
Actualmente, la única tienda habilitada para la venta se encuentra en el municipio Playa en la capital cubana, donde se cuenta con unos 30 modelos de segunda mano cuyos precios oscilan entre los 34.000 y los 90.000 dólares.
Desde su salida a la venta los cubanos se han volcado en las redes sociales a denunciar los altos precios y a calcular cuánto le tomaría a un trabajador juntar el dinero para poder comprarse un auto. Tal es el caso del humorista Otto Ortiz, quien luego de analizar la situación, llegó a la conclusión que con lo que le cuesta comprar un auto puede dar 91200 viajes en un almendrón, lo cual a su edad le saldría más rentable.
Cimex asegura que del dinero de la venta de los autos solamente retendrá el 15% y que el otro 85% restantes se destinará al transporte público, por lo que muy pronto los cubanos pudieran estar transportándose cuando menos en naves espaciales.
