El día de ayer se presentó en una corte de Miami el anciano cubano Eugenio Fariñas quien está acusado de asesinar salvajemente a su novia en el 2003. Fariñas es el principal sospechoso de la muerte de Gladys Jorge hace 17 años, una cubana de 57 años que trabajaba entonces como contadora de la Ciudad de Miami.
Según el informe forense, cuando las autoridades llegaron a la casa de la victima, donde se cometió el crimen, comprobaron que la entrada no había sido forzada ni existía señal alguna dentro que indicara que se trataba de robo. En los armarios estaban todas las pertenencias de Fariñas, quien ese día no regresó a la casa, ni fue al funeral ni jamás se interesó por recoger su ropa de la vivienda.
Sin embargo, el cubano no fue acusado hasta el año 2015, cuando los avances en las pruebas de ADN permitieron ubicarlo en la escena, gracias a la identificación de su material genético en artículos ensangrentados en el lugar de los hechos.
Los abogados de Fariñas alegan que existen al menos otras tres personas que pudieron haber matado a Gladys Jorge y que los resultados de ADN no son lo suficientemente concluyentes para implicarlo en el hecho pues el vivía en la casa de la victima y era norma que se encontrara allí su material genético.
Fariñas tiene ahora 76 años y enfrenta la posibilidad de una condena a cadena perpetua si es declarado culpable de asesinato en segundo grado con un arma mortal. Los fiscales sugirieron que el arma homicida es una marcuerna que se encontró en una de las habitaciones de la vivienda.
La victima y Fariñas mantenían una relación desde hacia un par de años. Los que los conocían aseguran que mantenían una relación tormentosa, aunque no había presenciado ninguna pelea entre ellos.
Desde un comienzo, los detectives de Miami se centraron en Fariñas como principal sospechoso. El primer punto que lo relacionaba era que la persona que asesinó a Gladys Jorge le puso seguro a la puerta antes de salir. Además de la victima, la única persona que tenía la llave de la casa era Fariñas y cuando este fue interrogado entonces por la policía les entregó la llave.
La otra pista clave: la Policía de Miami recibió una llamada al 911 la mañana siguiente al asesinato. La persona que llamó dijo que “puede haber alguien lesionado” en casa de Gladys Jorge. Los investigadores rastrearon la llamada y determinaron que se hizo desde el bufete de abogados de Allan Knight, quien había representado a Fariñas en un divorcio anterior.
Aunque era el único sospechoso, las autoridades no tenían pruebas suficientes para encausarlo.
No fue hasta diciembre de 2014 que detectives asignados a casos antiguos ordenaron otro análisis de ADN de muestras tomadas de medias, ropa interior y una toalla ensangrentadas encontrada en el lugar, dijo la Policía.
El juicio continúa en el tribunal del juez de circuito de Miami-Dade Charles Johnson.
