Muchos quedaron asombrados por un comunicado dado a conocer en la noche del pasado martes en la emisión estelar del Noticiero Nacional de la Televisión Cubana en el que se informaba sobre el arresto de un grupo de cinco personas acusadas de asesinar a un joven estudiante universitario cubano en La Habana en la madrugada del 14 de febrero.
Según la nota oficial, los culpables de este crimen habían sido detenidos en solo 48 horas, aunque se prefirió mantener en el anonimato el nombre de ellos y de la victima.
Sin embargo, ahora todo parece tener una explicación, pues de forma extraoficial se ha conocido que el joven asesinado era el hijo de la diplomática cubana Lydia Margarita González Navarro, Embajadora de Cuba en Panamá.
Así anunció la televisión cubana la captura de cinco presuntos asaltantes que asesinaron a un joven en #LaHabana. Lo que no dijo la prensa oficial era que se trataba del hijo de una embajadora. Más aquí: https://t.co/vTgPZ6L4XV pic.twitter.com/FbCxr2BphD
— Mario J. Pentón (@MarioJPenton) February 19, 2020
Los asesinos, un grupo de cinco jóvenes desvinculados laboralmente y con antecedentes penales, interceptaron a la victima tras salir de una fiesta el Día de San Valentín y le pidieron que les entregara todas sus pertenencias. Este se resistió y terminó siendo agredido con un arma blanca, causándole varias heridas de gravedad que provocaron su fallecimiento.
Resulta al menos curioso que un crimen como este haya sido difundido por la prensa estatal, cuando se conoce que asesinatos de mayor gravedad y en consecuencias más deleznables han ocurrido en los últimos meses y los medios oficialistas los han ignorado por completo.
La rapidez con la que actuaron las fuerzas de Ministerio del Interior y la publicación de lo ocurrido por la prensa se debe claramente a que el joven de 19 años asesinado era el hijo de la Embajadora cubana en Panamá, aunque esto no reduce la gravedad y el impacto del hecho.
La opinión generalizada en los comentarios de nuestros lectores en el blog es que la prensa estatal debía seguir ese ejemplo para publicar sin miramiento todos los crímenes que ocurren en el país, sin tener que esperar porque en las redes sociales o la prensa independiente ofrezca detalles de lo ocurrido, y que mucho menos se haga solo por tratarse del familiar de «alguien importante».


